Cuando el delantero de Olimpo, Ismael Blanco marcó el empate llegaron los cánticos y los insultos desde la hinchada de Talleres, mostrando el nerviosismo y la presión que se vive en la institución de barrio Jardín por la floja campaña.
Con el primero que se la tomaron los simpatizantes de la "T" fue con el entrenador Roberto Saporiti, a quien le cantaron «borombombóm, borombombón, andate Sapo, sos un cagón.»
A los jugadores les cantaron: «Y pongan huevo la p... que te parió» y seguido sonó: «Ohoho, que se vayan todos, que no quede, ni uno solo».
Con el empate consumado, la parcialidad comenzó a insultar a rabiar al gerenciador Carlos Granero, a quien le dedicaron el popular «Granero hijo de p..., la p... que te parió».
Antes del inicio, los hinchas no recibieron de la mejor manera al flamante refuerzo Víctor Píriz Alves. Lo insultaron de pies a cabeza, atribuyéndole parte de la responsabilidad por el descenso que sufrió el «Matador» en la temporada 2003/2004 cuando perdió la Promoción ante Argentinos Juniors. Los insultos hicieron que el uruguayo tuviera que ser escoltado y trasladado a la parte techada de los palcos. «El clima que se vive en Talleres es muy complicado, pero la única forma de levantar la imagen es con resultados. De mi parte estoy muy contento de volver al club, y voy a trabajar para que volvamos a jugar en Primera División», sentenció Píriz Alves.