Por Hugo García.
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Héctor Baldassi jamás pensó que razonar como jugador le fuera a traer tantos problemas. "La Coneja", cordobés y candidato a ser el juez argentino en Sudáfrica 2010, fue futbolista amateur (hizo inferiores de Huracán de barrio La France y juega picados con sus colegas) y sabe de la emoción de marcar un gol. Y más si éste sirve de desahogo para una situación personal.
Así entendió el festejo de Juan Sebastián Verón, quien corrió al alambrado y se trepó por haberle marcado el gol de la vuelta tras 11 años ante Belgrano.
Pero entender la emoción del jugador fue faltar al reglamento ya que cabía la figura del festejo desmedido. Encima, como Verón estaba amonestado, le correspondía una nueva amarilla, la expulsión y estar ausente ante Boca. "Se amonestará a un jugador si: 1) hace gestos provocadores, 2) trepa a las vallas perimétricas, 3) se quita la camiseta por encima de su cabeza", dice el reglamento y Verón infringió el punto 2 ( la regla es discutible, pero está vigente). "No lo vi bien, pero me pareció un festejo normal", se defendió Baldassi. . "Me dijo que era amigo de Verón", contó Paolo Frangipane, de la "B". "Argumentó que volvía al fútbol argentino", remató Mario Griguol, DT celeste.
Pero para la comunidad de los jugadores, este hecho significó que "el festejo desmedido" quedara legitimado. Y la consecuencia se vio un día después. En Talleres-Chacarita, Diego Ceballos fue amonestado por Carlos Maglio tras su festejo loco (primera conversión ante el público de la "T") y le planteó su disconformidad al juez con el caso "Verón". "'Yo no soy Baldassi. Yo saco amarilla', me contestó Maglio. No lo bancó mucho a Baldassi", reveló Ceballos.
"Eché al 10 de los blancos", dijo Elizondo cuando le preguntaron si había medido la trascendencia de expulsar a Zidane en la final del Mundial. Baldassi no vio a Verón como "el 11 de los albirrojos". Esas cosas lo puede alejar de la chance de ser mundialista, pero lo peor es que la aplicación del reglamento sigue siendo dispar en el fútbol argentino.