Se llama Federico Bongioanni, le dicen "la Brujita" y ayer se convirtió en el primer refuerzo de Talleres de cara a la temporada 2006/07. El volante que apareció en el Instituto que dirigía Ernesto Corti en 2001 y que jugó casi cinco años en el exterior, regresó a Córdoba para calzarse la camiseta albiazul.
El presidente de la gerenciadora Ateliers SA, Carlos Granero, contó cómo fue la operación: "Bongioanni fue ofrecido por la gerenciadora a partir de la amistad con Piero Foglia. Se lo consultó a Saporiti, quien dio su aprobación y se lo contrató".
Granero confirmó que Gabriel Oyola y Javier Malagueño comenzarán el trabajo de pretemporada el próximo martes, junto al plantel albiazul.
Sobre la posible llegada de Mauro Algecira, el gerenciador afirmó: "Es un jugador que fue ofrecido y lo estamos evaluando. Todavía no tomamos una decisión". En tanto, Algecira, quien está en Buenos Aires, dio su opinión: "Creo que está todo bien, todavía no firmé y mañana (hoy) me voy a reunir con Granero".

Quiere volar
En la siesta de ayer, después de firmar su préstamo por un año con opción de compra ("accesible, porque quiero que me compren", dijo Federico), "la Brujita" Bongioanni dialogó con La Voz del Interior.
Tras sus pasos por Huachipato y Universidad de Concepción, de Chile, y por Aucas, de Ecuador, el volante de 27 años quería volver a radicarse en el país. "Tengo una hija, que nació en Chile y un bebé de un mes, que nació en Ecuador. Quería volver a Córdoba y sobre todo a Talleres".
-¿Con qué expectativas estás?
-Por el hecho de volver a Argentina y a un grande como Talleres, estoy muy contento. Sé lo que es Talleres porque de chiquito iba siempre a la cancha porque soy hincha. Hay buenos jugadores y ojalá que hagamos un buen campeonato. Espero acoplarme bien al grupo, ponerme a punto físicamente y tratar de jugar bien. Ojalá sea un regreso con buen fútbol.
-¿Qué recuerdo tenés de Instituto?
-Me abrió las puertas y le estoy muy agradecido a su gente, sobre todo a los utileros y a los médicos. Aunque la parte dirigencial se portó medio mal conmigo. Yo me fui porque al final no llegamos a un acuerdo, pero ya está, ya pasó y estoy muy feliz con el presente que tengo.
-¿En qué posición jugaste en tus últimos clubes?
-Como siempre, de enganche, como volante de creación o de media punta. Siempre pensando en el arco de enfrente y tratando de hacer jugar al equipo. Por ahí, con algún técnico que ponía un 4-4-2, tuve que jugar por derecha o por izquierda y me costó un poco más, pero igual lo hago.
-¿Qué experiencia rescatás de esos pasos?
-Fue muy positiva porque durante cinco años estuve jugando siempre en Primera División. En Chile me fue muy bien, llegamos dos veces a semifinales. En Ecuador empecé bien, pero con el cambio de técnico quedé un poco relegado. Ahí se juega muy bien, son mucho más fuertes y fibrosos que nosotros, pero por ahí el argentino tiene más picardía en otros aspectos.