Por Marcos Vllalobo. De nuestra Redacción.
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Su aparición con gran nivel en la temporada 1997/98, cuando logró el ascenso a Primera División con Talleres hacían presagiar una gran carrera. Sin embargo, a Daniel Albornos no todo le salió como imaginaba.
Después de destacarse en el equipo que dirigía Ricardo Gareca y de que River se interesara por él, fue suspendido tres meses por doping, dejó Talleres y su carrera entró en decadencia. Pese a que siempre mostró destellos de su calidad, nunca pudo recuperar su nivel inicial.
No se consolidó en Argentinos Juniors, tuvo un breve paso por el fútbol de Israel, jugó un año en Gimnasia y Esgrima de Jujuy y regresó a Córdoba para sumarse a Racing. Con la Academia, en la que estuvo tres años, ascendió a la B Nacional en 2004 y al año siguiente se marchó tras el descenso.
Actualmente, a un mes de cumplir 29 años, "la Chanchita" jugó en los últimos meses para Progreso de Noetinger, en la Liga Bellvillense. En un descanso del partido de bochas con sus amigos en el club Los Incas de barrio Las Flores, atiende a La Voz del Interior.
-¿Sentís que estás todavía para el fútbol grande?
-Yo estoy para tres o cuatro años más. Todavía puedo jugar. Me gustaría volver, por ejemplo, a Talleres que es mi sueño. Si no buscar otra alternativa, pero creo que sí estoy en condiciones. Además, la otra noche soñé que volvía a Talleres. Que me llamaban, nos reuníamos en un bar, los dirigentes me pedían consejos y yo pedía a Pino, Garay y Villarreal. Fue muy lindo, y la verdad que pienso que con ese equipo, seguro que Talleres sería campeón porque somos jugadores que conocemos lo que es el club y sabemos lo que es jugar una final.
-¿Qué significa para vos estar jugando en una liga del interior?
-Lo tomo con la seriedad que lo hice cuando jugué en Primera División y como lo hice en el seleccionado Sub 20, en su momento. Con las mismas ganas, el mismo entusiasmo. Tratando de hacer lo mejor. Obviamente que quisiera jugar un poco más arriba, pero la actualidad es esa y tengo que respetarla.
-¿Por qué no estás en una categoría mayor?
-No le quiero echar la culpa a la mala suerte. En mi carrera sufrí el doping, lesiones graves que me complicaron la carrera. También es mi responsabilidad, pero estoy tranquilo. Sé que siempre traté de hacer lo mejor. Si no hubiese tenido tantas lesiones complicadas estaría jugando en otro nivel.
-¿Creés que los directivos consideran que ya estás retirado por esas lesiones que contás?
-Las lesiones son cosa del pasado. Tuve la mala suerte de que en mi corta carrera tuve hechos negativos, pero cuando yo tuve la posibilidad de ir a Independiente o de que vino River a buscarme, que me llamaba Ramón Díaz a mi casa para llevarme, los dirigentes de Talleres no me vendieron. Cuando se decidieron venderme pidieron tres millones de dólares y yo cobraba dos mil pesos en Talleres. Por ahí eso también me perjudicó porque me bajoneé demasiado. Quien dice que si me vendían, hoy estaría jugando en otro nivel. Pero no es excusa, Dios quiso que fuera así. No me arrepiento de nada, lo único que me hubiese gustado es que los dirigentes de Talleres me hubiesen vendido en su momento. Eso tal vez, me complicó.
-¿Te reconoce la gente cuando jugás?
-Sí, la gente de Noetinger es muy respetuosa. La liga se ha jerarquizado con jugadores que hemos jugado en Primera, como por ejemplo Aníbal Álvarez por nombrar uno. Lo que tiene de bueno jugar en esta liga es que hay mucha tranquilidad, hay muchos jugadores que no pueden jugar a nivel profesional y se lo ganan allí para poder sobrevivir con su familia.
-¿Tenés buen sueldo?
-Yo estoy cobrando por partido jugado, soy uno de los jugadores que más cobro, pero sólo por partido jugado. Termina el partido y, por más que ganemos, empatemos o perdamos, te pagan. Pero espero jugar en una categoría más importante. Leí en el diario que Granero decía que hay jugadores históricos que quieren volver, pero piden mucha plata. Yo soy uno de los que quiere volver, pero yo quiero cobrar si juego nada más.
Mientras busca club, Albornos se refugia en sus afectos y se atreve a soñar despierto: "Si volviera a Talleres, sería muy feliz, jugaría un par de años y después me retiraría".