Darío Zárate, mediocampista de Talleres, está apesadumbrado pero aún cree que su equipo puede dar vuelta la historia ante Chacarita mañana.
Juan Ignacio Pereyra - Agencia Buenos Aires

«En un equipo tan grande como Talleres sabíamos que, cuando no se logra algo, podía llegar una situación tan fea como la que nos toca hoy. Encima el equipo rival consigue dos finales. Es complicado y la gente te lo hace saber. Para colmo también perdimos el clásico. El hincha está dolido pero nosotros también, se nos rompieron muchas ilusiones y sueños».
Así analizó Darío Zárate la actualidad de la T, en una charla con LA MAÑANA en el Hotel Gran Buenos Aires. El semblante es lógico: denso, entristecido, dolorido aunque el «Loqui» aún reserva, en algún rincón, una gota de optimismo. «Es un momento feo pero todavía tenemos posibilidades de luchar por algo. Obvio que estamos dolidos por lo que pasó con Chicago, fue lo que marcó un antes y un después», comenta.
-De repente pasaron de tener todo casi en la mano al otro extremo, ¿hubo exceso de confianza?
-No, para nada. Confiábamos en nuestras fuerzas. Las cosas se habían dado para que todo fuera para nosotros. Pero no supimos encontrar los caminos. Fuimos con todo contra Chicago aunque no supimos convertir las situaciones ni definir el partido.
-Pero en estas instancias lo que más influye es la inteligencia y la actitud.
-Sí, pero Talleres en ningún momento se resignó. No creo que Chicago haya sido superior como se dijo. Después es cierto que contra Chacarita fue lamentable. Fue así porque veníamos de un golpe muy fuerte del partido anterior. Fue muy duro perder el torneo.
-¿Y ahora?
-Lo importante es revertir la mala imagen que dejamos el martes pasado ante Chacarita, porque Talleres no es lo que se vio. Tuvimos un buen campeonato. Teníamos todas nuestras ilusiones y de pronto, en un momento, parece que te quedaste sin nada. Son muchas cosas juntas.
-Tan golpeados y necesitando un 3-0, ¿no está demasiado difícil?
-Es una situación muy complicada pero no hay nada imposible en el fútbol. Tuvimos partidos de visitantes que los ganamos con grandes rendimientos y buena diferencia de gol. Tenemos que volver a tener confianza y estar bien de la cabeza, que es lo más importante.
-El hecho de ir de punto quizá les juegue a favor, ¿no?
-No. Por ahí la gente piensa que al equipo le hizo mal el protagonismo, pero no fue así, no fuimos menos que Chicago. Ningún equipo, excepto Tigre, fue superior a nosotros.
-Por la manera que perdieron, con Belgrano encima, se magnifica la frustración.
-No sé qué habrá pasado en la cabeza de los demás, pero en mi caso sólo pienso en Talleres. Salió mal, no pudimos ser campeones. Pero no por eso somos un desastre. No lo veo así. Porque si comparás, entonces el año anterior nos tendrían que haber crucificado.
-Lo que queda es sólo la última foto, la de la derrota.
-Sí, claro, porque fallamos en el partido final, cuando teníamos que ganar y no lo hicimos. Pero hicimos todo lo que pudimos.
-Un golpe tan duro siembra muchas dudas en el equipo, ¿no?
-Sí. Aparte fue todo muy pronto. Todo el año de laburo se cayó en un día por un gol en contra a los dos minutos. Fallamos en los momentos clave. Pero todavía tenemos posibilidades y siempre ponemos la cara. Hay que darlo vuelta como sea.
-¿Qué rival es más difícil? ¿Chacarita o el ánimo del equipo?
-Sin dudas que en este momento el rival más duro es el psicológico. Pero tengo una fe bárbara de que podemos revertir la situación. Mientras la chance esté, el ser humano tiene que pelear siempre. No hay que bajar los brazos nunca por más que sea difícil. Hay que hacer todo y si no alcanza, al menos morir en el intento. Pero no podemos tener la actitud del martes ni mucho menos terminar con esa imagen. Sería muy malo para nosotros y para el prestigio.