Federico Jelic / [email protected]

Así como Talleres dependía de sí mismo para ser campeón, a lo largo de la temporada, sobre todo por el último tramo en la definición, falló en los partidos clave y el sueño de terminar en el primer lugar de la tabla tuvo que conformarse a duras penas con la clasificación al reducido final.
Si Talleres quiere ascender tendrá que superar en primer lugar dos instancias con ventaja deportiva en contra (la primera será mañana a las 15 ante Chacarita) para recién acceder a la Promoción ante Argentinos Juniors, ubicado en la 17ª posición de los promedios en Primera División.
Lo más preocupante es que contó con inmejorables oportunidades para salir campeón del Clausura. Para enumerar se puede destacar el encuentro ante Unión, por la 13ª fecha, que comenzó ganando 1 a 0 y después de una intensa lluvia terminó cayendo 3 a 1. La fecha posterior, en una decisión controvertida el entrenador Roberto Saporiti se inclinó por cambiar a seis jugadores que habitualmente para enfrentar al débil Ben Hur de Rafaela, en función de preservar a los titulares para el clásico ante Belgrano. «Ante Ben Hur jugaron los que mejor estaban preparados», fue la frase con la que se defendió el técnico después del empate en cero, pero lo programado le salió a la inversa, ya que fue derrotado tres días después 2 a 1 ante Belgrano, después de ser amplio dominador en el primer tiempo.
Luego de la victoria en condición de visitante frente a Tigre, la primera «final», en la que una victoria hubiera significado la obtención de gran parte del campeonato, fue ante San Martín de San Juan. Talleres ganaba 1 a 0 sin sufrir sobresaltos, pero en el segundo minuto de descuento Luciano Abalos empató agónicamente y estiró la definición. Otra chance desperdiciada.
Una constante durante toda la temporada fue la cuestionada producción del equipo en el aspecto futbolístico. Los resultados eran inversamente proporcional al juego, a tal punto que ganó cuando no lo merecía y perdió en sus mejores demostraciones de fútbol. Los partidos ante Unión, Belgrano y San Martín son los más claros ejemplos. «Los partidos que perdimos fueron justamente los que mejores jugamos», había anunciado el volante Martín Cabrera.
El triunfo en el sur ante la CAI le devolvió la ilusión. 40 mil personas esperaban la consagración definitiva el sábado ante Nueva Chicago, pero sin embargo, Talleres dilapidó nuevamente la última posibilidad. Con todas las ventajas a favor, el equipo nunca encontró el rumbo y le entregó el campeonato a los de «Mataderos». De esta manera se esfumó el sueño del campeonato y a duras penas se clasificó al Reducido final, gracias al empate de Huracán de Tres Arroyos y Tigre, que le permitió al albiazul colarse por la ventana de atrás al minitorneo en busca de un lugar en la Promoción. Una victoria de Tigre lo hubiera dejado fuera de toda posibilidad.
Mañana a la 15 comenzará la ilusión cuando reciba a Chacarita Juniors, en el primer «chico» del Reducido, en busca de la última chance de meterse entre los grandes.
A mejorar de local. La campaña en condición de local no fue lo suficientemente efectiva, ya que en el Clausura sobre 9 encuentros, ganó 4, cayó en 3 oportunidades, empatando los 2 restantes. El último pasaje fue el más inquietante, ya que de los últimos 12 puntos en disputa, solo obtuvo dos, producto de dos empates y dos derrotas. Por contrapartida, de visitante se hizo fuerte: de 10 cotejos ganó la mitad, igualó en 4 y solo cayó en uno.