Por Hugo García l De nuestra Redacción.
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Hacía un rato que don Miguel Lázaro había llegado al aeropuerto Ambrosio Taravella y andaba preguntando aquí y allá a qué hora llegaba el vuelo de Talleres, el que traía al equipo que le ganó a la CAI, el sábado pasado en Comodoro Rivadavia. La cara de ese padre reflejaba el orgullo por el hijo futbolista.
“Está todo lindo como quedó el aeropuerto, pero ¿a qué hora viene ‘el Negrito’? ¿Usted sabe?”, consultó a todo los que pasaron a su lado, con ansiedad. Al fin, Ezequiel Lázaro llegó y se estrechó en un abrazo con su padre. Ahí cambió la mirada, llenó sus ojos de felicidad, y seguramente recordó los momentos en que no jugaba y quería largar todo.
“Sufrí muchas cosas con Talleres y ahora esta alegría que me da Dios, es muy importante. Iba a dejar, porque no jugaba. Iba a cometer una locura. Pero mi viejo y la llegada de mi segundo hijo me dieron fuerzas”, dijo el volante, quien jugó 18 de los 19 partidos del actual torneo.
“Saporiti me dio continuidad. Es un técnico ‘europeo’. Me dio confianza. Me adapté a la función de volante por izquierda, y pude rendir”, agregó quien en sus inicios jugó como enganche.
“¡Callate, vende humo!”, le grita su compañero Oyola. Más allá, también lo “gastan” Ruggiero y Leguizamón. “Estamos pasando un buen momento. Hay que disfrutarlo. Hay que pensar en la final ante Nueva Chicago. Después, se verá”, dijo “el Negro”.
–Esta vez mostraron algo más, ¿por qué no pasó antes?
–Siempre intentamos buscar y jugar, aunque a veces no se dan las cosas. Ahora jugamos bien y vamos a lograr muchas cosas. Nos estaba costando concretar las situaciones, pero no me desesperé. Sabía que nuestros delanteros iban a concretar.
–Leguizamón dijo que ascendían seguro; Saporiti, que van a ser campeones; ¿y vos?
–Si seguimos así, todos unidos, creo que vamos a lograr el ascenso que tanto anhelamos. Igual, aún no ganamos nada.
–Argüello dijo: “No necesito ‘ponerle’ a nadie para que vaya para adelante o para atrás”. ¿Vos pensás igual?
–La CAI nos jugó con todo. Nosotros no le pusimos plata a nadie. La incentivación, para Talleres, es tratar de ser campeón.