Al arquero de Talleres le detectaron la enfermedad hace poco tiempo. Reconoció el mal que afecta sus testículos y el duro tratamiento que lleva adelante.
«Esto es un poco difícil pero tampoco es lo peor que me está pasando en la vida. Tomo conciencia de un montón de cosas y las hay peores», comentó el arquero Gustavo Eberto en una entrevista a «Estudio Fútbol» de TyC Sports. Por primera vez el cuidapalos de Talleres hizo referencia a la enfermedad que lo aqueja, un cáncer en los testículos.
El relato del arquero es estremecedor. «Me tocó debutar ante Huracán, Talleres ganó y yo hago un buen partido. Contento me voy a Buenos Aires para buscar mi automóvil... En esos momentos y durante los entrenamientos, yo estaba como expectorando sangre... A la semana me hago estudios, luego me mandan a hacer placas torácicas y salen con algunas manchas», arrancó. «Todo era por precaución, pero mi prima, que es médica, me dijo que lo que salió no era algo sencillo, aunque tampoco la muerte. Posteriormente en Córdoba me hice una resonancia magnética, me revisan de los pulmones hacia abajo, la ingle, los abdominales, me encuentran ganglios hasta que llegan a la zona de los genitales y encuentran un tumor. Cuando me entero no lo podía creer. Hasta que llegó el tiempo de hacer la quimioterapia y ahí es donde me doy cuenta de muchas cosas», agregó Eberto.
-¿Cómo estás ahora?
-Ya hice tres partes de los ciclos pactados de la quimio y estoy por entrar al cuarto ciclo, lo que había establecido el oncólogo. Después de eso vienen otros estudios completos para comprobar si esas manchas y el tumor desaparecieron.
-Ese tratamiento, tan fuerte, es lo que hace que después las cosas mejoren...
-Seguro. El médico me había dicho que existía la posibilidad de no llegar al cuarto ciclo porque va todo bien y le pido al cielo, al Señor, que todo termine de la mejor manera pero si lo debo hacer, con mucho sufrimiento porque son cinco días de internación que estoy sometido al suero, a las drogas, con los pinchazos y todo eso, lo haremos. Soy muy creyente, como toda mi familia y le pido mucha fuerzas a Dios para tolerarlo.
-¿Después de cada etapa, te controlas cómo está el tumor?
-Los estudios de sangre me los hago un par de días antes de entrar al ciclo siguiente, para ver cómo están los glóbulos blancos. Si están bien, me interno de nuevo. Las placas y resonancias las hago después, porque las manchas tardan en desaparecer y por eso es conveniente hacer todo el tratamiento primero, que las drogas maten todo lo que tienen que matar. De hecho tengo fecha para el 10 de mayo para hacer esas placas.
-¿Nunca se te ocurrió preguntarte «por qué a mí»?
-No. Jamás. No tengo rencor, ni bronca con la vida ni con Dios... Esto le puede pasar a cualquiera y me tocó a mí, como le tocó también a Marcelo Bravo de Vélez. Estoy preparado para luchar y así lo haré toda mi vida, y seguramente esto me va a fortalecer de tal manera que lo que venga después será sencillo. Esto me ayudó a reflexionar un montón, estoy viendo las cosas de otro modo porque es un sufrimiento tal que a veces uno piensa en otra cosa, se hace mala sangre por pequeñas cosas que no valen la pena.
-¿Cómo surge este problema?
-Así de repente, porque me había realizado estudios el año pasado y estaba sano, normal... Ojalá la medicina avance un poco más en lo que respecta a la quimioterapia porque se sufre un poco. Ojalá haya vacunas y nada más que eso para no tener que ser sometido a una internación y demás cuestiones. Estamos hablando de una enfermedad imposible de vencer hace años pero ahora todo lo contrario, más allá de que no haya una cura total.
-Se supone que estás pensando en recuperarte y en el futuro personal y laboral...
-En el futuro deportivo es lo que menos pienso. No tengo en mi cabeza si esto se va a acabar en uno o dos meses para que vuelva a entrenar y a jugar. Ahora quiero recuperarme y vivir la vida de otra manera, pero ojalá pueda seguir jugando al fútbol.
-Talleres, club que te contrató y Boca, el dueño de tu pase. ¿cómo se comportaron?
-Todos están al tanto de mi evolución. La gente de Talleres, de Boca y hasta de la Selección. Tengo el apoyo de todos y unas ganas enormes de ir a visitar a mis compañeros en Córdoba, donde hay un grupo hermoso de trabajo y espero volver pronto.
-¿Por qué no hablaste antes?
-En un principio no me daba temor, pero estaba como cegado. No quería ver otra cosa que mi recuperación y aferrarme a la droga y a mi familia... No quería tocar el tema pero sabía que tarde o temprano lo tenía que hacer. Pasa que también se dijeron muchas cosas sobre la enfermedad, como que era neumonitis que es lo que se suponía que tenía.