A Talleres se le cortó la racha positiva y cayó ante un Unión que golpeó con más precisión. La derrota por 3 a 1 y la copiosa lluvia fueron un balde de agua fría para la multitud que copó el estadio. De todos modos, los albiazules siguen en la punta.
DANIEL POTENZA - [email protected]

Talleres atacó y cometió errores en su sistema defensivo casi en la misma proporción. No tuvo la misma puntería del triunfo ante Almagro y por eso terminó resignado ante Unión, perdiendo 3 a 1 un encuentro muy emotivo, con condimentos extra como la tormenta torrencial que se abatió durante la segunda etapa.
El partido fue vibrante por donde se lo mire y los dos se brindaron para que el trámite adquiera un voltaje superlativo en los primeros 45 minutos. Pareció que iba a ser algo sencillo para Talleres, que arrancó ganando con un golazo de Leguizamón tras un fenomenal pase de Coria.
La apertura del marcador despertó polémica, porque el ex River recibió muy solo en el área y hasta él mismo dudó sobre su posición, pero el juez de línea Adrián Pérsico lo habilitó para que siguiera con la jugada que terminó en la red.
Con ese gol antes de los 10 minutos, dio la impresión que Talleres se acomodaría mejor y le sacaría vértigo al juego, pensando más y asegurando la posesión y el traslado del balón. Pero nadie contó con la velocidad y el cambio de ataque por ataque propuesto por los «enanitos» rivales: Casanova por derecha y Rosales por el otro andarivel, asistiendo a ese monoblock con piernas que es Bazán Vera, mañoso, experimentado y siempre peligro para complicar por su exuberancia física, sobre todo en pelotas aéreas.
El ida y vuelta era total por la vocación compartida a la hora de atacar y por las falencias que ambos exhibieron a la hora de defender. La estrategia de los dos era un calco. Talleres eligió la espalda de Pagano con Leguizamón allí para fabricar todavía más espacios en la línea de tres «Tatengue», con camino libre para Bustamante por el medio del campo. Y Unión, a su turno, ganaba las espaldas de Lázaro y aprovechaba la endeble defensiva de Baroni para que Weiner progresara en el terreno y llenara de centros el área de Argüello.
Por eso no sorprendió que en una de esas jugada llegara el empate, luego de un centro de Gil que la defensa albiazul dio como pelota afuera por el otro sector. Pero la recuperó Casanova, la devolvió al área y Bazán Vera la metió con un penal de cabeza. De allí hasta el final fueron y vinieron de manera incansable. Pudo aumentar Talleres con dos claras situaciones de Coria y Bustamante, convirtiendo al arquero Etulain en figura. Y también Unión encendió la luz de peligro cada vez que aceleró y puso la mira en Argüello. Como siempre, atacando por las bandas.
Esa tendencia de no marcar y achicar los espacios, y dejar que el desenfreno le gane a la obligación de pensar se llevó del partido a Felicia por su desorden de la etapa inicial, tratando de ocupar los espacios que era campo orégano para los hombres más inteligentes del rival, esfuerzo que hasta lo dejó en inferioridad física.
El equipo de Trullet siempre supo donde golpear y todo lo que le dolían a Talleres las pelotas puestas sobre el sector de Baroni. No obstante, el local siguió apostando sus cartas a la chance que le otorgan la jerarquía de sus valores más dotados, caso Leguizamón y Coria.
En el arranque del complemento, Bazán Vera se perdió un gol increíble y en la réplica Coria le dio un pelotazo al poste derecho de Etulain, pero cuando la tormenta llegó, Unión metió dos estocadas infernales a través de Rosales y Weiner, por la misma vía que había insinuado durante todo el partido y encontró los goles para ganar el partido.
Lo que había sido un partidazo por la voluntad de buscar el arco de enfrente de parte de los dos, pasó a ser una batalla en el barro en la que Talleres hizo un gasto descomunal y los santafesinos defendieron con uñas, dientes y todo lo que cabecearon sus defensores, estos tres puntos de oro en su lucha por evitar el descenso. Por eso festejaron como si fuera un campeonato. Porque, además, habían derrotado al puntero, uno de los candidatos, y ante una multitud.