Por Gustavo Veiga.
Buenos Aires. Talleres demolió a Almagro. Lo quebró con el golazo de Martín Cabrera cuando nada serio había pasado. Luego, en el complemento, justificó el triunfo y lo fijó en un 3-0 inobjetable. Y si la ventaja no fue mayor se debió a las atajadas de Leonardo Corti, arquero local.

El partido se había planteado desde la fricción. Talleres y Almagro estaban llenos de volantes, pero paradójicamente había poco manejo y mucho fervor.
Pero, a los 23 minutos de juego, una jugada de otro partido cambió el trámite para siempre. Bustamante, que ganó por la izquierda, la abrió al medio para Coria, vino el alargue para "Legui", taco generoso para el ingreso de Cabrera, y conversión del goleador albiazul. Fue una joyita y no fue casualidad que lo hiciera Cabrera, ya que había sido el jugador más claro de Talleres y su principal herramienta ofensiva.
Hasta ese momento, Almagro había sido solamente un tiro libre de Enrique que exigió una estirada de Argüello. Ismael Serrano era el que aportaba algo de claridad, pero no tenía apoyo en Romano y mucho menos en sus delanteros, que poco hicieron para notarse.
"Legui" está; Coria también. Talleres aprovechó la desesperación de Almagro. Leguizamón perdió dos mano a mano ante Corti y Coria la tiró afuera, desde inmejorable posición. El DT Roberto Saporiti redobló la apuesta con Barrionuevo.
El pibe de Cruz del Eje abrió para "Legui" y el ex River anotó en su tercera chance. 2-0 a los 24 minutos del complemento. ¿Marcador cerrado? Nada que ver. Zárate, en otra contra, habilitó a Coria cuyo remate venció a Corti y significó el 3-0. Goleada y liderazgo absoluto. ¡Qué más pedir!