Una vez consumado el triunfo por 2-1 de Talleres ante Godoy Cruz, Marcos Argüello se llevó los aplausos de los hinchas albiazules, los elogios del entrenador Roberto Saporiti y también el reconocimiento del árbitro César Guidoni, quien lo felicitó en pleno partido, luego de que le tapó una pelota "imposible" a Diego Villar a los 10 minutos del segundo tiempo.
"Saqué un par de pelotas lindas, es cierto, pero lo importante es que eso sirvió para colaborar con el equipo", señaló el arquero de la "T", quien fue la figura de la noche triunfal ante el Tomba. "Por momentos jugamos mal, ellos nos dominaron y nos crearon muchas situaciones de gol; y por momentos jugamos bien, pudimos dar vuelta el partido en un par de centros y allí obviamente no tuve que trabajar tanto", añadió.
"¿Cómo fue lo de Guidoni? Se acercó para fecilitarme y me dio la mano porque, a consideración de él, fue muy buena la pelota que le saqué a Villar", comentó el cuidapalos sobre la actitud del referí.
Al analizar la realidad de este Talleres que -al menos hasta el próximo lunes- es el único líder del Torneo Clausura de Primera B Nacional, Argüello expresó: "El equipo no juega bien. Seguimos teniendo ratos buenos y ratos malos, y esto no es lo que queremos. Queremos regularidad, y eso es lo que estamos tratando de conseguir de un tiempo a esta parte".
"Creo que lo mejor del equipo se vio ante Atlético de Rafaela, pero después no pudimos repetirlo. Tenemos que corregir algunas cosas y tratar de encontrar lo antes posible el sistema de juego ideal, que desgraciadamente no aparece", consideró el héroe de la noche del jueves en el Chateau.
La deuda interna. Argüello es uno de los pocos "sobrevivientes" de aquel 4 de julio de 2004, cuando Talleres perdió la reválida con Argentinos Juniors y volvió al fútbol del ascenso después de seis temporadas. Aquella vez, había llegado a la titularidad por un hecho fortuito, ya que una operación de apendicitis marginó de última a Marcos Gutiérrez. De ahí en más, ya con el equipo en la B Nacional, el villamariense también debió esperar su chance, detrás de Catriel Orcellet, primero, y de Mario Cuenca, después.
El regreso de "súper Mario" a Racing Club de Avellaneda, a comienzos de este año, le dio una nueva oportunidad de demostrar sus condiciones. Y aunque llegó a ilusionarse con una posible transferencia al fútbol italiano, Argüello no reniega de esa chance perdida, y hoy está metido de lleno en el objetivo de la "T". "Mi sueño es tener una revancha en este club", repite una y otra vez. Y la campaña del elenco albiazul en el presente certamen (22 puntos en 11 partidos) parecen poner sus sueños muy cerca de la realidad.
"Lo más importante es que seguimos sumando. En los últimos tres partidos de locales (ante El Porvenir, Huracán de Tres Arroyos y Godoy Cruz) el equipo no jugó bien, pero ganó; y eso vale muchísimo", consideró el "1".
"¿Si Talleres puede sostener sus chances con el nivel de juego que viene demostrando? Hoy por hoy, sí. De todos modos, no te puedo decir qué puede pasar en el futuro si seguimos jugando así", concluyó Argüello.