Por Gustavo Veiga
Buenos Aires. Da gusto trabajar en Ferro, este Ferro sin patovicas, ni custodios como los del empresario Gustavo Mascardi. En el amplio salón-gimnasio que antecede a los vestuarios, los jugadores de Talleres salían con cara de nada. Como vacíos por una victoria que se les había escapado. Darío Zárate, una de las voces más experimentadas, nos ratificó esa sensación.
"Nos duele mucho perder dos puntos. Mucho, porque en el primer tiempo todas las situaciones fueron nuestras. Hicimos el gol y, si no hubiera sido por un error propio, no empataban más. Por eso, nos costó meternos de nuevo en el partido. Jugamos bien 65 minutos y después nos quedamos. No tenemos regularidad", dijo el volante.
Zárate admitió que al equipo le faltó "encontrar la forma de ir a buscar el gol en esos 20 minutos finales. Nos pasó lo mismo en Defensa y Justicia. Nos hicieron un penal, igual que contra Ferro, y ese golpe psicológico nos costó mucho".
Martín Cabrera, el autor del gol, también transmitió su amargura: "El empate fue injusto, nos tendríamos que haber llevado los tres puntos, pero los partidos de esta categoría son así. Por ahí te convierten y chau. Talleres tuvo las situaciones más claras, aunque el fútbol a veces te deja ese sabor amargo. Lo más positivo es que el equipo volvió a recuperar el nivel de juego que no venía mostrando. Si seguimos así, vamos a estar más cerca de obtener los resultados que nos proponemos".