Cuenta que hubo 150 mil personas esperando al equipo y 80 kilómetros de caravana. Gustavo Coleoni (50) recuerda la multitudinaria bienvenida que Santiago del Estero le dio a Central Córdoba luego de la histórica clasificación a la Superliga del pasado 8 de junio, y se emociona.

“La ciudad estaba convulsionada. Fue algo inolvidable”, dice “el Sapito” sobre lo que sucedió al triunfo por penales ante Sarmiento, en Junín, en la definición por el segundo ascenso de la Primera B Nacional.

“Lo podría haber disfrutado más”, reconoce el director técnico. “Lo que pasa es que enseguida nos tuvimos que poner a buscar jugadores y armar toda la logística para estar a la altura de una Primera División”, explica.

“La realidad es que el club no estaba preparado para esto, pero se dio y hay que aprovecharlo. Crecimos de golpe. En 410 días ascendimos dos categorías. Ahora hay que tratar de no pasar de largo”, se sincera.

En el año de su centenario, Central Córdoba se convirtió en el primer club santiagueño en llegar a la máxima categoría del fútbol argentino. Coleoni admite que esta nueva realidad del Ferroviario lo tiene “muy acelerado” y hasta “devastado por momentos”, pero sobre todo “feliz”.

“En lo personal creo que el ascenso es merecido por el esfuerzo, la pasión y el sacrificio de haber dejado de lado cosas muy importantes, como la familia, para convertirme en un trotamundos. Después de dirigir en ocho provincias y de perder cinco finales, la vida y Dios me han premiado”, afirma.

Las vueltas del fútbol

Coleoni eligió Córdoba para completar la pretemporada de su equipo. Aquí jugará varios amistosos y, según dice, terminará de armar el grupo. “Con eso tenés la mitad del trabajo hecho”, refiere.

“Después hay que afianzar una idea de juego, pero lo principal es tener una estructura interna fuerte. En eso me considero un especialista. Me gusta tomar mate con mis dirigidos y hablar mucho con ellos, porque primero está la persona y después el futbolista”, sostiene. 

“El Sapito” asegura que aprovechará su estadía en La Docta para hacerse varias escapadas al bar que sus hijos (Emanuel y Franco) tienen al frente de La Boutique de barrio Jardín. “Ahí compraba las pelotas de plástico cuando era chico”, dice el DT recordando los tiempos en que vivía en el club bajo la tribuna y ayudaba a sus padres en el buffet, era la mascota del gran Talleres de los ‘70 y hacía jueguitos en los entretiempos soñando ser Daniel Valencia.  

Con el fixture en la mano, Coleoni ya palpita el debut ante Newell`s en el Parque Independencia, el domingo 28 de julio. Y también el partido que dos semanas después jugará ante Talleres, el equipo donde se inició como jugador y que dirigió en 2011 en el Argentino A. “Me imagino un Kempes que estará lleno”, asegura.

-¿Talleres es una materia pendiente como DT?

-Estoy muy identificado con el club y de mi parte siempre está latente la posibilidad de volver, pero hoy mi única preocupación es Central Córdoba. Acabo de renovar contrato por un año.

-¿Cómo ves a Talleres hoy?

-Siempre dije que ‘los notables’ tuvieron los huevos y la posibilidad económica de sostener a un club que estaba destruido. Después llegó (Andrés) Fassi y lo dio vuelta. La realidad de Talleres refleja que hay un antes y un después del “Zorro”.

-¿Hay favoritismo para los equipos santiagueños?

-No sé de dónde sacan eso. En el Reducido nos dirigieron todos árbitros de Primera y no tuvimos ningún problema. Nunca me sentí beneficiado ni perjudicado. Se opina desde el facilismo y muchos terminan creyendo cualquier cosa. Hay jugadores que nos piden locuras porque piensan que algún poderoso maneja al club.

-¿Se puede ser “bielsista” en un equipo que recién llega a la Superliga y que tiene como prioridad la permanencia?

-De Marcelo Bielsa me gusta la verticalidad de sus equipos, pero hay otras cosas que no comparto. Me identifico más con el juego y el estilo de conducción del “Turco” Mohamed. De todos modos, me parece que, más que bielsistas, vamos a tener que ser realistas.

-¿Cuál será el objetivo de Central Córdoba en la Superliga?

-El objetivo será no sufrir. Ser un equipo competitivo que gane, empate y pierda como cualquier otro, y no que sea la Cenicienta del torneo. Un equipo que se le plante a cualquiera, que sea veloz y dinámico y que sepa resolver las situaciones que se le presenten.

-¿Es cierto que sos periodista?

-Casi. Estudié en Ciencias de la Información pero tuve que dejar porque justo me casé y me fui a jugar al exterior, y después estuve en el TAC. También hice un curso de sicología en la UNC. 

-¿Volverías a manejar un taxi?

-¡No sabés cómo lo extraño! Fue mi trabajo durante 15 años. Tenía un Dacia que hacía más ruido que una orquesta…

Un trotamundos

Gustavo Coleoni hizo las inferiores en Talleres. En 1983 el DT Alfio Basile lo subió a la primera, donde apenas llegó a jugar dos partidos amistosos.

Su carrera continuó en San Agustín de Perú y Magallanes de Chile, y hasta su retiro en 1990 militó en varios equipos cordobeses: Matienzo de Monte Buey, Central de Río Segundo, Belgrano de La Para, Atlético Río Tercero, Bella Vista y Las Palmas.

En 2006 debutó como entrenador en Racing de Nueva Italia y luego dirigió a Gimnasia de Mendoza, Juventud Antoniana de Salta, Central Norte de Salta, Talleres, Santamarina de Tandil, Brown de Puerto Madryn, Sportivo Patria de Formosa, Ferro Carril Oeste y Central Córdoba de Santiago del Estero.