En los dos últimos partidos hizo cinco, pero desde que le ganó a Newell’s en Rosario le marcaron once y señaló siete.

Talleres es un equipo paradójico. En los dos últimos partidos por la Copa Superliga recuperó poderío goleador: marcó cinco (2-0 frente a San Martín de San Juan y 3-2 el viernes contra Atlético Tucumán, ambos en el Kempes), con tres de Dayro Moreno, uno de Sebastián Palacios y otro de Tomás Pochettino.

Además, el colombiano y el tucumano ya suman 7 goles cada uno entre la Superliga y el nuevo torneo.

Pero las estadísticas no mienten: tras el triunfo contra Newell’s en Rosario 2-1, por la 22ª fecha de la Superliga, en seis partidos a la “T” le hicieron 11 goles y sólo hizo siete. Tres le metió Tigre (perdió 3-1), dos River (cayó 2-0), cuatro San Martín en dos juegos seguidos (2-1 y 2-0) y dos le señaló Atlético.

Ese desequilibrio entre lo que convierte en el arco rival y sufre en el propio, es más estructural que coyuntural. Basta ver los números del equipo de Juan Pablo Vojvoda en los 25 partidos de la Superliga: hizo 25 (13 en el Kempes y 12 de visitante) y le marcaron 24.

Un dato para tener en cuenta es que de esos 24, 13 fueron de visitante.Pero con una particularidad: no fue goleado y el máximo que le marcaron fueron dos goles.

El próximo sábado, a las 15.30, Talleres deberá definir la serie en Tucumán contra Atlético, con la ventaja de haber ganado. Le trasladará toda la presión al equipo del Zielinski, porque con un empate le bastará para pasar a los cuartos.

Argumentos ofensivos para marcarle goles a Cristian Luchetti tiene y quedó corroborado el viernes. ¿Pero podrá evitar esos errores defensivos imprevisibles, como los que llevaron al Decano a marcar el descuento al final?. Atlético hizo dos que, por el valor doble del tanto visitante, lo harán pasar de instancia con sólo ganar 1 a 0.

Unos mirarán el vaso medio lleno y otros el medio vacío,pero hay una referencia reciente que alimenta las esperanzas. Si con un equipo alternativo, sin Dayro ni Palacios, logró empatarle 0-0 en Tucumán, en la Superliga, jugando bien como lo hizo el viernes hay buen margen para el optimismo.