Sin Guiñazú, Vojvoda necesita ungir a otro referente del equipo en la cancha. Con Caranta y Gandolfi en el banco, el juvenil puede ser alternativa. Su evolución fue notoria.

“Vení, Lucas (por Olaza). No pases siempre. Hacelo por sorpresa… ¿Entendés, maestro?”.

Mientras Pablo Horacio Guiñazú vive el reposo del guerrero, Talleres asumió el desafío de encontrarle reemplazo en todas sus formas. Por caso, la del DT que ya no tendrá en la cancha.

El “aprendo de él”, de Frank Darío Kudelka, y el “dejó un legado”, de su sucesor Juan Pablo Vojvoda, ratifican la calidad de un jugador que sabía cómo cambiar un partido y quiénes podían hacerlo. Entre los cuales, con claridad, se incluía.

Vale la pena citar dos casos como pueden ser el gol a All Boys del legendario 2-1 del ascenso a Primera División, un cabezazo-asistencia para Santiago “el Tanque” Silva contra San Martín de San Juan, en la Superliga. En el acto defensivo de recuperar la pelota era la punta de lanza que tenía el equipo albiazul, sobre todo en la era Kudelka.

Organizar y ordenar el equipo eran roles que desempeñaba “el Cholo”, y eran igualmente importantes, más allá de ser quitador y pasador top en las tres superligas que el primer equipo albiazul jugó desde su regreso a Primera División.

Sin ese Guiñazú, los experimentados Javier Gandolfi (38 años) y Mauricio Caranta (40) quedaron como aptos para desempeñar esa función “técnica”. Sin embargo, ambos han vuelto a ser suplentes, toda vez que el equipo fue eliminado de la Copa Libertadores, a manos de Palestino (Chile).

Ese rol de “técnico en la cancha” descansó en varios jugadores de campo. Y uno de ellos fue Juan Cruz Komar, cuya evolución ha sido notoria desde que puso un pie en Talleres, el 16 de enero de 2016, con 19 años recién cumplidos.

El gol que convirtió el domingo es una consecuencia de un proceso que enriqueció en su totalidad al defensor, quien ofrecía una imagen de cierta timidez.

Nada que ver con el que saltó con una determinación increíble para anotar su primer tanto oficial en Talleres. Ese defensor tuvo el ímpetu que alguna vez se le vio en Boca, donde Carlos Bianchi lo hizo debutar a los 17 años.

Komar es un jugador que creció al lado del “Cholo”, ya que llegaron juntos. Aprendió muchísimo, según sus palabras: lo vio levantarse desde la nada por aquella fractura del maxilar derecho, algo que lo alejó de las canchas por dos meses y casi lo hace retirar. Y Komar también lo vio arengar al plantel.

“Vamos, muchachos. Abrácense fuerte. Agárrense unos a otros, fuerte. Siéntanse privilegiados. Pero no se sientan menos, jamás. Tenemos que sentirnos invencibles. Saquémosles todo. Hasta las ganas de jugar al fútbol les tenemos que sacar. Es así que se forman los equipos vencedores. Hay que sentirse invencibles. Que Dios los bendiga, y que demos otro gran pasito”.

Esa arenga, la primera del “Cholo” contra Palestino, se les metió en el alma a todos los jugadores. Pocos sabían que se vendría el retiro del “Cholo”. Por eso, la mayoría de sus compañeros le dedicó el triunfo frente a Colón. En el caso de Komar, también le ofrendó el gol, algo que se había dado en el amistoso contra River Plate y que Guiñazú le exigía para su progreso.

“Este triunfo es para Guiñazú. Me decía que insistiera en eso de ir a buscar. Ha sido una suerte para mi cruzármelo en mi carrera. Fue una semana muy dura. Quedamos afuera de la Copa, que era la ilusión de todos. Se fue Guiñazú, y era muy duro levantarse”, se sinceró el defensor, a minutos de consumarse la victoria de Talleres ante el Sabalero por 2-0.

La evolución

“Mi nombre es Juan Cruz Komar, tengo 19 años, vengo de Boca Juniors. Talleres se interesó en mí y es un club que tiene mucha convocatoria. Vengo con la ilusión de ganarme un puesto y a afianzarme en este club”, fue el discurso con el que Komar se presentó en el Mundo albiazul.

Aquel jugador apuesta que trajo el presidente Andrés Fassi se hizo realidad. En 2019, con 22 años cumplidos, se hizo titular indiscutido por encima de Gandolfi y de Miguel Araujo (Carlos Quintana directamente se fue), el club compró su pase (vino a préstamo por un año; luego, se hizo de la mitad de la transferencia y, después, del resto) y es uno de los jugadores que tuvo varios ofrecimientos para dejar el club, por caso, del PSV (Holanda) y del Atlético Mineiro (Brasil).

No se sabe si está en situación de dar las arengas del “Cholo”, un lugar que el domingo pasado contra Colón ocuparon entre Gandolfi y Guido Herrera, pero su personalidad ha crecido mucho.

Es más, varios compañeros, la mayoría de los jóvenes como él, lo ven con pasta de líder. Por lo pronto, en esta nueva defensa que formaron con el arquero Herrera, Enzo Díaz y Nahuel Tenaglia, Komar llevó la voz cantante. Sí, en todo 2019. Para ordenar y dar seguridad, sobre todo en la Copa. Al fin y al cabo, entre los defensores, era el único que había sido internacional, aunque con Boca.

“Dudo de que dure mucho en Talleres, pero si así fuera, en un año debería ser el líder del equipo o uno de ellos. Sin ir más lejos, hoy prácticamente maneja la defensa. La confianza y el sentirte titular fueron importantes. Como empezar a sentirte referente”, dijo Rodrigo Gaitán, exjugador de Argentino Peñarol y de Los Andes, y amigo del defensor.

Para Juan Pablo Vojvoda es un jugador clave en el equipo y lo ha elogiado en cada partido. Para el club, es uno de los jugadores más representativos, junto con Guido Herrera, y lo ven como un futuro líder, como el ya retirado Guiñazú y los experimentados Gandolfi y Caranta.

En este nuevo Talleres, Komar está destinado a ser un valor importante. El techo lo pondrá el propio jugador.