No fue un día pleno para “la T”, Amaneció con Godoy como baja copera y ante Huracán estuvo irresoluto.

Es el Mundo Talleres. No hay felicidad permanente ni tristeza eterna. Es un pasaje de uno a otro estado. No hay días tranquilos para sus habitantes. Es imposible darle descanso a las emociones. Imposible. ¿No? Basta con repasar cómo fue su domingo para darse cuenta. Era una jornada que iba transcurrir a pura fiesta porque se iba a celebrar el pase a la tercera fase de la Copa con la eliminación de São Paulo y tras el partido con Huracán iba a dar inicio a la cuenta regresiva rumbo al primer partido con Palestino, por jugarse el miércoles a las 19.15 en el Kempes.

Sin embargo, en las primeras horas de hoy, la efervescencia iba a bajar un poco. El 0-0 de un primer equipo albiazul alternativo ante Huracán estuvo lejos de ser lo más importante del día. Un rato antes, en el ensayo realizado a puertas cerradas en la Boutique de barrio Jardín y el que el DT Juan Pablo Vojvoda, ensayaba de cara al primer partido con el elenco chileno, Leonardo Godoy sufrió una lesión que terminó en una fractura de tobillo izquierdo (ver página 4) y en una gran baja para los próximos dos meses.

Para un Talleres que no tiene un relevo de ese nivel fue una bomba, dado que tiene por delante el resto de la Superliga, su participación en la Libertadores o en la Sudamericana (puede jugarla si es uno de los mejores perdedores). Porque obliga a improvisar al DT justo ahora y con una línea que fue clave en este resurgir albiazul de 2019.

Es más, Javier Gandolfi, una de las alternativas de reemplazo, debió dejar el campo sobre el cierre del juego y subido a un carrito. Finalmente, el propio DT en conferencia de prensa, confirmó que había sido solamente una contractura el inconveniente sufrido por el zaguero y que se lamentaba por la baja del lateral derecho nacido en Concordia, quien será operado hoy a la mañana.

La falta de definición

Más allá de que el propio Vojvoda y la mayoría de los protagonistas se cansaron de decir que la mente no estaba puesta en el partido con Palestino y sí en el que se había jugado con Huracán de Parque Patricios, la gente lo entendió de otra manera.

Poco más de 15 mil personas se llegaron al estadio Kempes para acompañar la presentación del equipo que contó con los experimentados aportes del mencionado Gandolfi y de Mauricio Caranta (ambos son los líderes del plantel junto con Pablo Guiñazú) más el respaldo de un joven equipo que presentaba las vueltas de Gonzalo Maroni y Facundo Medina (ambos volvían del sub 20), la presencia de Junior Arias (ha perdido el lugar con Dayro e hizo un partido correcto) más los pibes Fernando Bersano y Federico Navaro (el que es seguido por el Inter).

Más allá del 0-0, el DT recuperó un sistema con línea de tres para poder tener un gran protagonismo. Es cierto que el Huracán de Antonio Mohamed exigió tres veces a Talleres (dos salvadas de Caranta y una de Gandolfi), pero jamás se animó al ida y vuelta. El acto defensivo estuvo a la altura y se mantuvo tras el ingreso de Juan Komar por Gandolfi.

Sin embargo, el equipo conducido por Vojvoda dispuso de algunos espacios claves como para ponerse en ventaja. Y esa fue la preocupación que el partido ante “el Globo” le dejó, más allá de la lesión de Godoy. Casi siempre Gonzalo Maroni, eligió la gambeta antes que el pase a Diego Valoyes, Arias (luego, Dayro Moreno) o a Bersano. Cuando jugó de primera, Talleres quedó a un pase de la red. Ahí estuvo el otro punto: la definición. El propio colombiano, Bersano con sus diagonales y hasta Soñora pudieron haber batido al seguro Antony Silva. “Pasaron los 0-0 con Atlético Tucumán, São Paulo y con Huracán. Vamos a trabajar más”, admitió el DT. El mismo caso se aplica para las pelotas detenidas. Talleres es lo que hace y lo que no. Y nadie lo va a perdonar. El miércoles hay revancha.