Como es costumbre, el Matador dejó impecable las instalaciones del Morumbí, pero también se acordó de su rival con un lindo gesto.

Para Talleres fue una noche histórica e inolvidable. Pasar como lo hizo en el Morumbí va a ser recordado, mas allá de lo que pase en la serie ante Palestino. La gente copó Brasil y la fiesta fue completa.

Como hace siempre, Talleres dejó impecable el vestuario visitante, pero esta vez le dejó un regalo a su rival. Con una carta, desde el Matador les obsequiaron un mate, el libro del centenario y la revista que hace el club.