El análisis de lo que dejó el equipo en su visita a Independiente. 

Lo mejor de Talleres

La flexibilidad. Vojvoda metió mano a tiempo. Pasó de defender con 3 en la primera etapa a hacerlo con 4 en la segunda. El equipo se acomodó mejor.

El segundo tiempo de Komar. El zaguero central creció con el regreso al esquema tradicional. Cruzó con firmeza sobre la izquierda y se atrevió a salir jugando.

El atrevimiento. Talleres se llevó un punto del Infierno Rojo de Avellaneda sin especular. Cambió pelota por pelota hasta lo último y pudo haber ganado con mayor peso arriba.

Lo peor de Talleres

La línea de 3. Tenaglia, Komar y Araujo no dieron abasto para contener el juego ancho de Independiente en el primer tiempo. La cancha le quedó larga a Godoy y a Bersano y Cerutti y Benítez fueron imparables.

El penal de Godoy. Herrera tenía controlado el ingreso de Pablo Hernández. Pero el lateral le cometió una falta evitable de la que sobrevino el gol “rojo”.

La inestabilidad. A Ramírez le costó encontrar espacios para romper por el medio. Cuando los encontró, llegó el gol de la “T”.