El Matador fue una furia al final del primer tiempo y al inicio del segundo, anotando en cada oportunidad.

Talleres ganó bien el clásico porque, principalmente, tuvo un rapto de furia de siete minutos, entre los 44m del PT y los 5m del complemento, en los que hizo nada menos que tres goles.

Goles, algo difícil de conseguir en un clásico de este tipo y en el que había tanto en juego.

Tuvo en ese lapso toda la efectividad y contundencia que no haba mostrado en lo que va del torneo. Fueron tres mazazos en momentos claves del partido.

Nahuel Bustos termina siendo la figura del partido y del equipo por sus dos goles, pero el motor impulsor del fútbol y el juego que mostró la T fue Juan Ramirez, esta vez si "Juan Fútbol", dejando de lado el bajón que tuvo en los últimos partidos.

También es para destacar que Pochettino haya estado a más a la altura de lo que se espera de él y que el equipo no haya sufrido goles en contra, habiendo cambiado la zaga central.

Talleres no fue un destello de virtudes futbolísticas, pero le basto con la contundencia de esa ráfaga para terminar con un duelo al que le pudo haber agregado algún gol mas.