Si alguna vez Talleres soñó con de campeonato, en Rosario lo archivó definitivamente. Los candidatos de fuste sacan a relucir sus credenciales en las difíciles. No pudo con Boca, no pudo con Independiente y ahora con un remendado Newell's que busca reconstruirse con De Felippe. La ultima chance la dejó en el Parque porque no tiene jerarquía suficiente, porque nunca superó a su rival y fue en definitiva una sombra.

Y si en algún momento estuvo en parrido fue gracias a dos errores del árbitro Patricio Loustau, no cobrando un corner para el local, y de ese saque rápido, cobró un penal inexistente de Ferroni a Araujo. Silva puso el empate parcial inmerecido cuando finalizaba el primer tiempo.

Hasta allí, Newell's había generado las mejores situaciones. Además del gol tempranero de Figueroa, dispuso de tres mano a mano que Herrera impidió con grandes acciones. Leal, Alexis Rodríguez y Fertoli, pudieron poner el 2-0.

Talleres salió renovado en el complemento y la confianza mejoró algo su rendimiento. En definitiva fue un fiasco. Un candidato al titulo -este fútbol argentino le pone ese mote a cualquier equipo que tenga un buena racha- no pateó al arco. Ni un solo tiro. Newell's, que había dado lo mejor en el primer tiempo, sostuvo el partido y encontró en el final un premio más por haber entregado todo lo mejor que pudo dar.

Si Boca tambalea, los rivales que pueden hacerle alguna sombra se desvanecen como hojas con el sol tibio del otoño. Eso fue Talleres, una mirada mustia de un sueño que se posterga en el tiempo. El local festejó y sumó tres puntos importantes para el promedio a la par que De Felippe ordena su tropa.

El gol de Figueroa

El gol de Silva

El gol de Cacciabue