La “T” derrotó a Vélez, ganó su tercer partido seguido y se escapó en la tabla de promedios, con 18 equipos debajo.

Fue una tarde insuperable. El sol radiante y el cielo limpio se asociaron para hacernos saber que por fin había llegado la primavera. Y todo resultó ganancia pura para Talleres. Bien temprano, al mediodía, en Liniers, la reserva había ganado 2-0 (goles de Nahuel Bustos e Ivo Chaves).

Y ya entrada la tarde, la primera ratificó su buen momento: derrotó también 2-0 a Vélez, sumó su tercera victoria consecutiva y dio otro paso enorme para alejarse de los últimos cuatro puestos de la tabla de los promedios.

Con este triunfo, la “T” llegó a 1,375 (11 puntos en 8 fechas) y ya tiene 18 equipos por debajo de su posición, un avance impensado antes del comienzo de esta buena racha. Además, superó en los registros a Belgrano, su clásico rival (en el 14º puesto, con 1,356).

Pero nada es casual: si Talleres está donde está es porque el rendimiento colectivo se ha puesto a punto, el ensamble crece partido a partido, hay varias individualidades en un nivel destacado (Leonardo Gil y Pablo Guiñazú ayer se devoraron la cancha), la defensa está cada vez más confiable y el arco rival, antes esquivo, por fin se le ha abierto.

Tras haber anotado apenas dos goles en las cinco fechas (uno en contra, el otro de tiro libre), el equipo de Kudelka sumó 7 en los tres últimos juegos, con tres aportes de Jonathan Menéndez.

Para el entrenador albiazul, ni antes su equipo estuvo tan mal ni ahora está tan bien. Y en medio del entusiasmo que provoca esta levantada en el mundo tallarín, convoca a la prudencia.

“Arrancamos mal en los resultados, pero no en el juego. Este equipo que gana no dista demasiado de aquel que empataba o perdía”, analizó Kudelka tras la nueva victoria, esta vez en Villa Luro.

Y agregó: “Teníamos un problema de ineficacia, no de funcionamiento. Ahora tenemos mayor eficacia y con los triunfos, va llegando la confianza y la seguridad que necesitamos”.

Por su parte, “el Colo” Gil, el mejor hombre que mostró Talleres ayer en el estadio José Amalfitani, señaló: “Veníamos con algunos baches y haber metido tres triunfos consecutivos es importante para todos”.

Para el mediocampista, haber pasado a jugar en la misma línea que “el Cholo” Guiñazú ha sido muy importante. “Tengo mejor panorama y manejo mejor la pelota que jugando de espaldas y delante de los volantes”, subrayó. Y esa es la verdadera razón de sus últimas buenas actuaciones.

“Cambiaron la actitud y el convencimiento pero estas tres victorias no nos tienen que relajar porque falta mucho y todavía podemos mejorar bastante. Así como esta buena racha nos ha levantado, una mala racha nos puede arruinar todo”, agregó Gil mientras afuera del estadio, los hinchas de Vélez gritaban su desencanto por la mala campaña.

El sol de la tarde de Liniers todavía brillaba alto, alumbrando el envión ganador de Talleres. Y haciendo notar aún más las sombras del presente del Fortín, hundido en la tabla de los promedios.