La barra local los sacó a golpes de puño. Unos 200 simpatizantes de la “T”, con “Loco de la bici” incluido, compraron plateas de 350 pesos y fueron ubicados, sin custodia, en un sector “leproso”.

Alguna vez iba a pasar. Desde el gobierno mendocino indicaban que no se autorizaba a Independiente Rivadavia a contemplar hinchas “neutrales” en el partido con Talleres, mientras desde la dirigencia “leprosa” se alentaba a que se vendería al “público en general” una entrada de $ 350.

La excepción fue la de ayer. Como otras tantas veces, cientos de hinchas se lanzaron a la ruta, pensando en que de cualquier manera podrían ingresar. Primero, quedarían en el camino los integrantes de la barra brava en uno de los controles interprovinciales.

Muchos otros llegaron al estadio Bautista Gargantini y tras solicitar de diversas manera el permiso para ver el partido, ingresaron como “infiltrados” al estadio de Independiente Rivadavia abonando una entrada de 350 pesos.

Sin embargo, los momentos siguientes fueron realmente indeseables. Los 200 hinchas de Talleres, entre ellos Martín “el loco de la bici” Sánchez, se ubicaron en un costado de la tribuna lateral Hugo Mémoli sin ningún tipo de cordón y compartiendo el sector con hinchas locales.

La barra brava “leprosa” que estaba en una cabecera se desplazó hasta la tribuna para correr a golpe de puños a los hinchas de Talleres. La situación generó un momento de tensión ya que había algunas familias. Tras el episodio, los barras regresaron a su lugar y los hinchas de Talleres que habían comprado dicha platea no pudieron volver a ingresar.

“Nadie rompió nada ni entramos a la fuerza. Nos vendieron entradas nos hicieron entrar a un sector y no había ni un policía, nadie! Estábamos tranquilos, no hicimos nada y los hinchas de ellos nos empujaron y nos pegaron. Hay gente lastimada. La policía nos vendió!!! Sólo dos o tres de Independiente nos ayudaron con los golpeados. Se quedaron con la plata de las entradas y nosotros, sin partido”, escribió “Candee” Peretti, en su Facebook. “Nos sacaron y lo peor fue que nos vendieron las entradas en la boletería del club”, contó Sánchez.

Ya en las afueras explotó una molotov cerca de los simpatizantes cordobeses que ya no volvieron, al menos como grupo. Otros decidieron comprar un segundo boleto para ver el partido. También se registraron algunos incidentes en plateas con algunos “infiltrados”. No hubo heridos. De milagro.