El curioso caso de la “T”. Los números del equipo de Kudelka son excepcionales, aunque el juego no genera idilio. Sin lucir, bate récords.

Jugar “lindo” y jugar “bien”. Para algunos, son criterios subjetivos que no logran ponerse de acuerdo, como si transitaran en sendas paralelas que no llegarán nunca a interceptarse. Sin embargo, de vez en cuando aparece un Barcelona que quema los libros de los más escépticos, mostrando una armónica sinfonía de recursos y eficacia.

Más cerca en la distancia, aunque más lejos en el tiempo, el hincha de Talleres también puede dar testimonio de formaciones que deleitaron a propios y extraños y pusieron a la “T” en la consideración nacional e internacional desde 1974 y hasta entrados los ’ 80; también a fines de los ’ 90 y principios de la década pasada.

Hoy las cosas son distintas y las razones abundan. “Es otro fútbol”, podrá argumentarse. Pero, básicamente, es otra la situación y son otras las urgencias de este Talleres que, en materia de resultados, no da lugar al más mínimo resquicio por donde pueda filtrarse un cuestionamiento a la gestión que, en lo técnico y táctico, encabeza Frank Darío Kudelka.

Mandan los números

Entre el Federal A, la Copa Argentina y la B Nacional, son 36 los partidos que suma al frente de la “T” el entrenador nacido en Freyre hace 54 años. Su equipo ganó 23, empató 12 y perdió sólo uno, con una eficacia pocas veces vista: obtuvo el 75 por ciento de los puntos en juego.

La racha de 23 partidos en serie sin caídas –y con amplia mayoría de victorias– es la mayor de Talleres y de todo el fútbol cordobés en competencias de AFA (los torneos del Consejo Federal también lo son). El triunfo ante Villa Dálmine (22º partido sin derrotas) sirvió para dejar atrás la marca de 1997 (entre julio y diciembre), cuando el equipo estuvo 21 partidos invicto en el Nacional B.

Aunque los memoriosos recordarán que Talleres estuvo 66 partidos sin perder por la Liga Cordobesa, entre 1974 y 1976, en el medio participó de dos torneos Nacionales en los que conoció la derrota, por lo que aquella espectacular racha tuvo interrupciones si se tienen en cuenta todos los partidos de manera consecutiva.

La última derrota, ya lejos en el tiempo, fue el 21 de junio de 2015, cuando Deportivo Maipú le ganó 1- 0 en el Kempes. Seis días después, empató 1-1 con Juventud Unida, en San Luis, dando comienzo a una racha que ya sumó un ascenso y, por ahora, lo tiene compartiendo la punta de la B Nacional.

Autocrítico

El propio Kudelka sabe que su equipo todavía está lejos de la potencialidad que tiene. El martes, después del triunfo 3-2 ante Defensores de Pronunciamiento, por la Copa Argentina, declaró: “El resultado no tiene que tapar los errores, pero tampoco borrar lo bueno que se hizo hasta ahora. No me voy conforme y hay que corregir todas las distracciones que tuvimos”.

A su favor, hay que decir que en la transición entre los torneos llegaron 15 refuerzos y “hay que nivelar a muchos”, según el decir del DT.

Es que él también, como los hinchas, intuye que “jugar lindo” no es una obligación, pero “jugar bien” será una necesidad cuando la exigencia se mida con una vara más alta.

Opiniones con micrófono


Diego Barrera, Radio Continental

En la “era Kudelka”, Talleres no está signado por el “juego bonito” que muchos esperaban, teniendo en cuenta la jerarquía del plantel. El dibujo táctico que el DT propone hace sentir cómodos a los jugadores, pero no termina de convencer a algunos sectores del “mundillo” albiazul. Lo cierto es que hay poco que reprocharle a este modelo que viene cumpliendo sus objetivos. Con los números, se acaba la discusión.

Fran Bolletta, Radio Impacto

Este Talleres no es para los amantes de lo lírico. Pragmático, construye solidez y resultados a partir de la jerarquía y los recursos del plantel. Tiene una defensa sólida, un recuperador ideal cuando debe retroceder, sus volantes ofensivos desordenan cualquier defensa y sus delanteros son insaciables. El hincha se enamora del jugador y no del equipo; aunque el jugador rinde gracias al equipo y a la confianza de tantas victorias.

Darío Pedretti, Radio sucesos

Talleres no es vistoso, pero eso no quiere decir que juegue mal. Este equipo “made in Kudelka” se basa en la eficacia, en la practicidad, herramientas más que válidas que le han permitido conseguir un ascenso y ser uno de los líderes de la B Nacional. El DT, a través de su propuesta, está transitando un camino que quizás no sea el que le gusta a la gente, para alcanzar el objetivo que quieren todos: la vuelta a Primera.