Historia de superación. En 2014, le dispararon en una rodilla para robarle la moto. Volvió, dejó de jugar y regresó. Debutaría como titular.

“Sabíamos que nos iba a faltar juego. Cuando entró Reynoso, eso cambió totalmente. El pibe es un virtuoso. Había jugado esta mañana”. Era domingo a la madrugada, Talleres había perdido el clásico amistoso con Instituto y pocos reparaban en la importancia de las palabras de Frank Kudelka, quien ya pensaba directamente en el debut ante Guillermo Brown de Madryn.

Sin querer queriendo, el entrenador ofrecía su primera pista sobre el equipo y al mismo tiempo subía a escena la historia de Emanuel Reynoso (20 años), aquel pibe de barrio Ituzaingó que ha regresado a la consideración del Mundo Talleres en busca de la segunda oportunidad. Con la idea de restaurar el sueño; el propio y el de los que creían que puede lograrlo.

“Le agradezco al DT las palabras. Estoy tranquilo, vivo con humildad, escuchando a los compañeros. A los más grandes, que son los que tienen la experiencia. Ojalá se me dé la oportunidad de jugar el viernes”, arrancó Reynoso, quien ante las lesiones de Hernán Encina y Aldo Araujo, más la partida de Agustín Díaz y la indisponibilidad de Pablo Guiñazú (se suma hoy), se ha transformado en esperanza de juego para sus compañeros y el DT.

Y “Bebelo” está dispuesto a aprovecharla. “En el partido ante Instituto jugué de doble cinco, más tirado hacia adelante. En la práctica, jugué de enganche. Pero nada está dicho. Espero poder jugar ante Brown. Si se da, lo tomaré con humildad y seriedad”, agregó el pibe.

–Sería tu primer partido como titular...
–Sí. Sería un sueño poder jugar de arranque, en el Kempes. Y más con la hinchada que tiene Talleres.

El regreso

Reynoso escribe el capítulo del regreso, una de las historias que más gustan en el Mundo Talleres. Porque se trata de la superación. De cuando el tren pasa de nuevo y hay que subirse. Corría 2014 y todos hablaban de un diamante en bruto que había que pulir. Era marzo cuando un delincuente quiso robarle su moto. “Bebelo” no cedió y le dispararon en su rodilla izquierda, donde descansa parte de su talento.

“Tengo otra oportunidad que se me está dando. Le agradezco al club que siempre estuvo conmigo. En buenos y malos momentos. Si me toca jugar lo haré con mucho esfuerzo y trataré de hacer lo mejor posible. En 2014 estaba entrenando ya con el plantel. Eso fue lo más importante. Volví a jugar por Dios y el club. Gracias a ellos. También agradezco a mis viejos Daniel y María, mis hermanos Roberto, Gustavo y Leonardo; a mi novia Dania. Uno de ellos me puso Bebelo. Una variante de bebé. Fue bravo lo que viví. Quisieron robarme. La pasé mal. Me operaron. Pero pasó todo. Eso fue lo peor. Lo mejor es que pude volver a jugar”, recordó.

–¿Te pusiste ansioso e impaciente por volver?
–Sí, quería todo rápido. Quería volver a lo que estaba viviendo. De a poco, fui recuperando lo que había perdido. Con humildad y sacrificio. Me estoy acomodando un poco gracias a Dios.

Encima un accidente en moto lo volvió a retrasar. “Tras el accidente arranqué jugando para la primera local”, recordó. Y, luego, dejó de jugar. Se refugió en su familia y el club lo fue a buscar.

–¿Te fuiste y volviste?
–Sí. Tuve un bajón. Como todo jugador. Estuve mal por el accidente que tuve. Pero me recuperé y agarré ritmo para jugar al fútbol nuevamente. Por eso estoy muy agradecido a Dios y al club.

El debut

Así, Reynoso comenzó a recorrer el camino de la segunda chance. Volvió al plantel profesional al cierre de 2014. Sergio Coleoni lo puso algunos instantes ante Alvarado y sumó minutos en Copa Argentina contra Alumni. Luego, en la era Fassi, “Bebelo” demostró que iba en ascenso nuevamente. Fue a la pretemporada a México, el DT Kudelka, lo citó para jugar ante Independiente de Chivilcoy cuando Talleres ya había clasificado a la segunda fase y finalmente pudo jugar unos minutos ante Unión de Aconquija, el día de las 60 mil personas en el Kempes.

–¿Qué soñás?
–Ser titular. Jugar. Estar a disposición del DT, 10 puntos y hacer las cosas bien. Soy creyente. A los chicos les digo que hay que apoyarse en Dios. Y que con humildad y sacrificio, todo se consigue.