Llegó a su decena de goles en el Federal A y se acordó de su mejor 10: el Flaco Pastore. Un viaje a sus primeros años y a su vida fuera del fútbol.

¡Gooooool! Los chiquitos llenos de tierra corren abrazados, festejando a lo loco. Al más flaquito no hay que apretarlo muy fuerte para que no se quiebre. El 10 del equipo abraza al 9. Javier Pastore acaba de meterle un pase “inolvidable” y Eial Strahman, por encima del arquero, definió como se lo había visto por la tele a un grandote en primera.

Talleres los vio germinar en la clase 1989. Y el futuro llegó. “Pastore me hacía meter goles en inferiores. Sí, yo jugué con Pastore. Es nuestro emblema. Nuestro ídolo. Nuestro espejo. Pero, ¿sabés algo? Hoy te lo cruzás por la calle y sigue siendo el flaquito ese que jugaba con nosotros en las inferiores”.

Habla Eial Strahman. El hoy goleador de este Talleres. El 9 que regresó después de tantas volteretas del destino y que ya no necesita soñar con jugar en la T, de titular, siendo el que hace explotar a la tribuna. Strahman cuenta que cada vez que se puso otra camiseta hizo el proceso de “traslación” y sentía que jugaba con la de Talleres.

Lo vio tanto que se le hizo realidad. “Estoy muy contento, llegué a los 10 goles. Lo venía deseando, hacía dos partidos que había llegado a nueve. Estaba esperando llegar a los diez”, repite a Día a Día.

El otro Eial

Eial es jugador de fútbol. Pero parece recién escapado de una publicidad de loción. Se para como un “modelo”, pero lo que le importa es hacer goles. Como el del empate del domingo ante Juventud Unida en San Luis 1-1 y su tanto 10. “Me crié en una familia muy hincha de Talleres. Cuando me tocó irme, me acuerdo de los llantos por teléfono. De mis hermanos llorando a la distancia por Talleres. Del sufrimiento que han sido estos últimos años”, dice pensando.

La vida lo moldeó en la experiencia. Fue un “exiliado de Talleres” a temprana edad. “Vino Granero (ex gerenciador) y trajeron un montón de pibes de Atalaya. Y me tuve que ir. Volé, ja. Jugábamos con el Flaco Pastore, Buffarini, Seba Navarro y varios pibes. Crecimos juntos”, dice con un aire de nostalgia, sonriendo mientras se llena de aire. Pensando que a sus 26 años ya vivió varias para contarla.

“No te creas que la pasé tan bien. Peleo contra la frase que me quisieron meter algunos: ‘vos si no llegás, tenés a dónde caer parado’. Pero todo me costó, siempre”, recalca el 9 de Talleres, actual goleador albiazul en el Federal A. El que tuvo que hacer el bolso cuando comenzaba a decidir su futuro.

“Sí, es verdad que yo nunca tuve necesidades, porque en mi casa no las había. Y yo me dediqué al fútbol por pasión, no para salvar a nadie sino porque amo esto”, agrega el Gringo. Claro, a los 14 tomó la decisión de dedicarse a la pelota: “Le dije a mi viejo y a mi familia. Me bancaron a morir y mi mamá me pidió que aceptaba sólo si no me iba de Córdoba, pero ahí me salió irme a Buenos Aires, jaja”.

Siempre de Talleres

Strahman suena curtido. Como si esa madurez equivaliera a un señor que está contando su vida. Pero no, a Eial le queda un gran trecho: “Por querer jugar, buscar mi destino y pelearla viajé a Ecuador (Emelec), España (Córdoba), México (Leones y Mérida), Israel (Maccabi Haifa). Hoy con otra cabeza y por algunas cosas injustas que me pasaron quizás hubiera elegido no hacerlas. Pero así fue”.

Del “trotafútbol” no parece quedar mucho: “Yo quiero dar muchas cosas a Talleres. Quiero conseguir mucho más que lo que estamos peleando”. Eial dice que se recluye en el cine. Terminan los entrenamientos y se mete en alguno para ver sus predilectas de acción y suspenso. También se sabe soñador de protagonizar la mejor película: la del ascenso.

Pero no quiere nombrar esa palabra, más bien, piensa en el paso a paso y en seguir haciendo goles. “Mis hermanos me matan cuando erro goles y mi viejo igual. Y con la gente y las redes sociales uno aprende. Hay que seguir para adelante. Es así”, reflexiona.

Goleador de familia

Si Eial tuviera que hacer un “rewind”, en retrospectiva termina en los afectos. Y lo dice por su brazo en uno de sus dos tatuajes: Tener de amigos a mis hermanos, tener de hermanos a mis amigos. “Es una frase de una canción del grupo Las Pastillas del Abuelo. Me la hice por Nir mi hermano y mi amigo; y por la familia Tirabassi de Buenos Aires con quienes viví cuatro años”.

Además de la frase del brazo, Eial (su nombre significa “fortaleza”) tiene las iniciales de los nombres de sus hermanos tatuados en la espalda en hebreo. Nir (28 años) “Luz”; Mijal (23) “quien es como Dios”; Tomer (21) “recompensa” y Lucía (19) de nombre “criollo”.

–¿Cómo fue eso de vivir en Buenos Aires con "otra familia"?
–Yo jugué en los Juegos Macabeos (de la comunidad judía) y conocí algunas familias argentinas. En un viaje a Israel me dijeron que si necesitaba ir a Buenos Aires tenía que ir a vivir con ellos. Y cuando fui a Vélez ellos me recibieron y son mi familia. Omar y Liliana Tirabassi son como mis padres. Hernán y Melisa, sus hijos, son como mis hermanos. Y con Nir, mi hermano de sangre, también es mi amigo. De hecho me colé en su grupo, jaja. Pero ya soy uno más y tenemos nuestra banda.

Strahman no para de hablar y la charla sigue. Es como esos locos que ven lo que va a pasar. Pero lo quiere contar a fin de año. Ojalá.

Un rabino se suma a las misas previa a los partidos y a Strahman le gusta


Eial Strahman, de origen judío, le parece bien la movida que analiza implementar el club de barrio Jardín.

Un tema hablado en la entrevista con Eial Strahman es sobre su ascendencia judía. Y le contó a Día a Día que en Talleres, en las ceremonias religiosas previas a los partidos de local (las suele dar el padre Javier Soteras), sumarían al rabino Marcelo Polakoff. “Me gustó la idea, una buena iniciativa. Y con gusto si se concreta voy a participar de las ceremonias”, contó Strahman.

Y habló de su credo: “Yo soy judío como toda mi familia. Pero no tenemos muy arraigada la cuestión religiosa. Tenemos las costumbres judías, pero no soy kosher y me como mis buenos matambritos de cerdo, jaja; pero sí celebramos Año Nuevo judío y el Día del Perdón. Mi novia es católica y con eso no tengo ningún problema”, concluyó.