Palabra de arquero. “El Fede” admite que el plantel siente el rigor del esfuerzo físico, pero que superará ese déficit “con la fuerza del corazón”.

Si Talleres llega a conseguir el ascenso mañana a la B Nacional, tendrá mucho que agradecerle a su arquero, Federico Costa. Aquel penal que le contuvo a Mitre, en Santiago del Estero, su gran actuación en la vuelta en el Kempes, y las pelotas claves que sacó el miércoles en Mendoza, le permiten mantener una confianza que, para el resto del equipo, es primordial. Ayer, en una charla con Mundo D, el guardametas nacido en Jovita aseguró: “Nos faltan piernas por el gran esfuerzo físico que venimos haciendo, pero sabemos que en esta final, en el Kempes, empujará el corazón”.

“El miércoles, en Mendoza, hicimos un gran desgaste físico en el primer tiempo y el equipo lo sintió en el segundo, por eso nos costó bastante. Ellos ( por Gimnasia) metieron una intensidad muy fuerte que, la verdad, nosotros no esperábamos”, comentó el arquero.

“Vamos a tener que tratar de aumentar la intensidad, pero no será fácil por la forma en que meten ellos. Por eso estamos tratando de recuperar energías al máximo y también descansando. Pero este será un partido que también jugará nuestro público. Estoy seguro de que la tentes nos apoyará y que su papel será muy importante”, añadió “el Fede”.

Respeto de la recuperación psicológica de la derrota sufrida en el partido de ida, Costa señaló: “Desde lo anímico estamos muy bien y el grupo está unido, muy fuerte. Hemos pasado muchas adversidades durante el torneo y estoy seguro de que esta también la superaremos.

Consultado sobre si se le pasa por la cabeza tener que definir el ascenso otra vez desde los penales, como sucedió frente a Mitre, indicó: “No creo que vayamos a llegar a esa instancia. Vamos a tratar de ganar el partido en los 90 minutos y sacar esa diferencia de dos goles que necesitamos. En el primer tiempo en Mendoza descostramos que podemos hacerlo”.

Cuando se lo consultó respecto de Gimnasia de Mendoza, opinó: “No me pareció un equipo tan fuerte como Mitre, pero es un buen equipo. Por algo llegó a donde está. Tienen buenos volantes de los que tendremos que cuidarnos, pero acá lo importante es que nosotros estamos bien”.

Con Barrionuevo adentro y sin Ramis, Carabajal ni Bovaglio.


Los concentrados. Esta es la lista de jugadores que afrontará mañana el partido de vuelta por el ascenso a la Primera B Nacional frente a Gimnasia de Mendoza, que incluye a Ezequiel Barrionuevo, quien fue exigido en la práctica de ayer y se mostró recuperado de un desgarro. En contrapartida, no fueron concentrados Victorio Ramis (se confirmó su micro desgarro en un isquiotibial), Gabriel Carabajal (sigue con una distensión muscular) y Lucas Bovaglio (suspendido).

Arqueros: Federico Costa y Jonhatan Scalzo.
Defensores: Rodrigo Chaves, Lautaro Formica, Julián Fernández, Rodrigo López, Elías Bazzi y Marcelo Herrera.
Volantes: Ivo Chaves, Julio Mozzo, Agustín Díaz, Jonathan Acosta, Favio Álvarez, Pablo Ortega, Barrionuevo, Julián Navalón y Víctor Beraldi.
Delanteros: Emanuel Reynoso, Diego Martiñones y Diego Martínez.

Una incógnita. Es el equipo que dispondrá Guillermo Hoyos, quien durante toda la jornada de ayer se mostrómuy confiado y feliz de asumir la responsabilidad de conducir al equipo en esta instancia definitoria. El DT albiazul dirigió un trabajo con pelota y de fútbol reducido en el que no dejó pista alguna de la formación. “Seguro que va a morir con la suya”, dijo a Mundo D uno de sus más estrechos colaboradores.

Si Hoyos opta por una sistema 4-4-2, lo más probable es que en el fondo estén Herrera, Fernández y López, con Ivo Chaves como lateral-volante por derecha. Entre los volantes estarán Díaz y Mozzo por el medio y Beraldi dirimirá su lugar por izquierda con Acosta o Álvarez. Y adelante jugarían Martínez y Martiñones (Marcos Godoy está suspendido).

¿Y por qué no Ortega? La posibilidad de que el juvenil Pablo Ortega sea incluido como volante izquierdo o de punta junto a Martínez y Martiñones no es descartada por Hoyos. El juvenil de Villa Dolores, de 20 años, fue concentrado junto a otros dos emergentes del “Tallerito”: Reynoso y Navalón.