Talleres tuvo dos décadas para el olvido, con apenas ocho campañas en Primera División, nueve en la B Nacional y cuatro en el Argentino A, pero marcando un descalabro institucional que llevó a la quiebra y de la que aún sigue sumido.

El Talleres dorado que en los años ’70 escribió la página más eximia del club, con presencias en los torneos nacionales, aportando campeones del mundo en el ’78 y obligando a la dictadura militar en AFA a implementar la polémica Ley 1309 para disputar los torneos metropolitanos, hoy es apenas un bello recuerdo. Depreciado dentro y fuera de la cancha, en pleno proceso de saneamiento del pasivo pero con intrincadas cuestiones legales, el albiazul vuelve a caer en el Argentino A, con un olvidable rendimiento deportivo y decisiones dirigenciales muy poco acordes a la concreción de los objetivos. Y fuera de la cancha, en las tribunas, recrucede la impaciencia y con posibilidades de nuevos enfrentamientos entre los barras. La división es en todo sentido, al punto que los grupos políticos ya conviven de manera hostil con el oficialismo, mientras que el juez de la quiebra se divide entre prorrogar la continuidad del Fondo o el llamado a elecciones.

Claro fue en este caso que la dirigencia se envició con los festejos del ascenso y la fiesta de los 100 años, entre algunas aristas, y hasta pareció subestimar la categoría, mientras, celebraron el campeonato con Olimpo, jugaron partido de los 100 años a tres días del clásico con Instituto, fomentaron la película del club (con dinero de la quiebra) y del Libro del Centenario (con dinero de la quiebra y que todavía no salió a la luz), además de cobrar ¡500 pesos la tarjeta! en la cena del ascenso. Obviamente que el conformado del plantel fue deficitario, con responsabilidades compartidas del DT Arnaldo Sialle y del manager Maximiliano Salas.

Pero este tobogán institucional y deportivo cuenta con un proceso, concatenación de errores que depositan a Talleres en quiebra y en el Argentino A. Nada es casualidad.

El primero, 1993


El 12 de junio de 1993 Talleres desciende por primera vez al en ese entonces Nacional B, tras caer goleado 4-0 ante Racing Club, en Avellaneda, por la fecha 19ª del Torneo Clausura. Lo curioso de ese episodio fue el 2-2 ante River Plate, con un polémico arbitraje de Javier Castrilli, sancionando un penal inexistente de Mario Obulgen a Da Silva. Talleres, con su DT Omar Pastoriza reclamó a la Justicia ordinaria a AFA por esos puntos, y como consuelo o dádiva recibió apenas un resarcimiento económico de un millón de pesos. Pero no pudo evitar el descenso.

1995, Un año solamente


Talleres disputó apenas un año en la B Nacional, superó en la final a Instituto con un estadio colmado, pero poco disfrutó de su estadía en Primera División, donde reinó el caos en todo sentido. Roberto Saporiti era el DT que acompañó al proceso final, sentencia que cayó con anticipación, en la 14ª fecha, el 21/05/1995 en una derrota 3-1 ante Independiente. Roberto Gasparini de penal adelantó al albiazul, pero Burruchaga, Silverio Penayo y Ángel Morales.

El quiebre, en 2004


En todo sentido, fue el quiebre de Talleres. Por dentro y por fuera. Venció en la final a Belgrano en el ’98 y se mantuvo seis años, con presencias internacionales incluidas, visitando en estadio Azteca y el mítico Morumbí. A pesar de que estuvo a punto de clasificar otra vez a la Copa Libertadores, Talleres perdió la Reválida 2-1 ante Argentinos Juniors el 4 de julio de 2004, y nunca más se recuperó. El DT era Juan José López. Gustavo Oberman y Jorge “Polo” Quinteros silenciaron al Estadio Córdoba, que se había ilusionado con el empate de Luciano de Bruno. Casi seis meses después se decretó la quiebra del club, ya en la B Nacional.

2009: Primera vez al Argentino


Ya la soga estaba en el cuello, y por la fecha 18ª, empató con Quilmes de visitante y cayó por primera vez en su historia al Argentino A. Martín Cabrera había encendido la esperanza albiazul que se apagó del todo con la igualdad de Juan José Morales y el triunfo de Los Andes sobre Atlético de Rafaela. Era el 13 de junio de 2009 y tras cinco temporadas, con el gerenciamiento de Ateliers (con Carlos Ahumada al comando) y otra vez con Roberto Saporiti de DT, el Albiazul escribió su página más triste.

2014: repiten los errores


Talleres no aprendió nada en esos cuatro años de infierno en el Argentino A. Logró ascender de manera meteórica en el 2013, con sus 100 años de vida, pero se emborrachó con los festejos y nunca entendió la importancia de consolidarse en la B Nacional. Subestimó y pagó. Acompaña al descenso el DT Jorge Ghiso, pero el armado estuvo a cargo de Arnaldo Sialle y el proceso de Rubén Forestello aportó poco y nada. Final anticipado, a nadie sorprende esta nueva caída a la tercera categoría, por errores propios que nunca supo ni tuvo voluntad de enfrentarlos.