De tercer arquero a la chance de ser titular el lunes ante Independiente Rivadavia: “Podemos salvarnos”.

Llega, saluda y entrena. Entrena, saluda y se va. La vida de Federico Costa, un chico desconocido para el grueso del Mundo Talleres, es bajo las estrictas normas del respeto, la calma. A sus 25 años, quien es (o era) el tercer arquero del plantel profesional, lejos está de ser un pibe.

Y si su cabeza pasa por todo lo que ocurre hoy en la vida extrema de barrio Jardín, su corazón al menos tiene tiempo de “despegarse” y recluirse entre los balbuceos de Francisco, su hijo de dos añitos.

“Ja, antes que el Papa, ya lo tuvimos nosotros a Francisco. Vivimos los tres con mi señora Fernanda, esa es mi familia”, cuenta a Día a Día el chico que empezó a despuntar el vicio de la pelota en su Jovita natal. Luego se fue a Estudiantes de Río Cuarto, hasta que la cadena de oportunidades lo depositó en Talleres. “Fue en 2007, por un amigo de mi papá que llegué para una prueba y quedé. Me llamaron al tiempo.

Desde allí estoy en el club”, cuenta Fede con la nostalgia del pibe que quedó en un año de pensión y unos cuantos del departamento compartido con el hermano que se vino a estudiar a Córdoba. “Mi hermano y mis dos hermanas terminaron de recibirse en la facultad y a mi mamá no le gustaba nunca que yo me dedicara al fútbol, pero al final la familia me bancó”, dice entre sonrisas Costa. La rueda del fútbol lo pone ante una demorada oportunidad en el peor momento deportivo del club, bordeando el descenso una vez más al Argentino A.

“Me tocó vivir todo, bajar a la cuarta de AFA, atajar en el Tallerito y que luego me subieran otra vez a la primera. Así es el fútbol y más este puesto”, cuenta Costa que vio pasar al menos una decena de arqueros y él, silencioso, esperó su chance. “Yo tengo esperanza. Porqué no. Sé que todo está muy difícil, pero tenemos chances matemáticas, es partido a partido. No podemos perder tiempo ni energías. Y si nos toca llorar hacerlo en su momento, no ahora que aún tenemos alguna posibilidad de salvación”, dice quien puede ser el próximo arquero del equipo en el próximo encuentro.

Jorge Ghiso confirmó que le dará descanso a Santillo, mientras que Costa tendría ya una ventaja sobre Aguiar para la visita de este lunes a Independiente Rivadavia, en Mendoza. “Lamentablemente el fútbol nos pone ante esta situación. Uno lo entiende siempre. Pablo (Santillo) y Diego (Aguiar) tuvieron muy buenos gestos de hablarme, de darme tranquilidad, apoyo y confianza”, refuerza Fede. El gesto es destacable y más en esta gran crisis que vive el equipo. “Lo tomo como una oportunidad, si me toca estar me la voy a jugar, como debe ser en estas circunstancias”, cierra el golero. Le puede llegar la oportunidad y está listo para todo.