Aprendizaje. Con sólo 20 años, el habilidoso volante, autor del segundo gol frente a Racing de Olavarría, asegura que está más maduro y que aprendió a valorar el trabajo y el sacrificio.

Tiene sólo 20 años. Todavía es un pibe para el fútbol y un adolescente para la vida.

Desde que debutó hace tres años en la primera de Talleres y deslumbró por su talento, pasó por varios momentos difíciles, producto de esos “pecados de juventud” a los que son tan propensos los jóvenes.

Incluso, alguno de esos deslices lo llevaron a sufrir alguna sanción disciplinaria el año pasado, por motivos que no vienen al caso hacer referencia y que corresponden al fuero íntimo.

Pero Favio Álvarez –Favio con “v” y no con “b”, para terminar con la disquisición lingüística– aprendió de los errores cometidos y maduró.

Hoy no es el mismo chico inestable que unos años atrás se mareaba frente a la marea de micrófonos y grabadores aduladores y no diferenciaba lo que era el “franeleo” interesado del consejo sano.

Por eso, ahora puede entrar desde el banco y dar vuelta un partido como lo hizo el viernes frente a Racing (O), con la serenidad y la pausa que antes no tenía y confiado en sus innegables virtudes técnicas.

Hizo un gol, pudo haber metido algún otro y se fue ovacionado. Por eso, cuando ayer lo llamó Mundo D, respondió feliz y amable.

“Hace tres años que estoy en la primera y todos los días aprendo algo nuevo. Esto a uno lo lleva a madurar y darse cuenta de las cosas. Tengo 20 años y mucho por aprender todavía, pero para eso hay que estar bien de la cabeza. Y yo hoy me siento muy bien”, dijo Favio cuando se lo consultó respecto de su maduración futbolística y personal.

–¿Aquella sanción que te aplicó (Arnaldo) Sialle el año pasado y que ahora recibió Gabriel Carabajal te sirvió para hacer un clic?
–Sí, me sirvió y para darme cuenta de muchas cosas. Yo cambié y maduré, empecé a tomar todo con más humildad. Esa sanción de “Cacho” hizo aparecer otro Favio Álvarez. Y también ayudó mucho mi familia, la buena gente que me rodea y que me alienta a no bajar los brazos. Con trabajo y sacrificio a la larga llegan los premios. Respecto de lo que le pasó a “Gaby”, que es mi amigo, creo que ya está y hay que dar vuelta la página. Es una muy buena persona y lo que pasó le puede pasar a cualquiera.

–Hablando de páginas. Cerraron una difícil frente a Racing y el jueves tienen otra parada “chiva” en San Luis contra Juventud Unida.
–Sí. Hoy (por ayer) le ganaron a San Jorge de visitante y eso demuestra que acá no hay ningún rival fácil. Será otra final de las cinco que nos quedan. Allá iremos a ganar, en la cancha de ellos o en La Punta, donde se juegue el partido. Si queremos ascender tenemos que jugar en cualquier cancha y ganar. En la cancha somos 11 contra 11.

–Si le ganan y quedan arriba a tres puntos de Maipú. ¿Creés que la puja por el ascenso será palo a palo con los mendocinos o también incluís a San Martín (T)?
–Si nosotros le ganamos a Juventud sumaremos tres puntos vitales y nos quedarán cuatro finales por delante. Hay que ir paso a paso y partido a partido. No tiene sentido hacer ese tipo de especulaciones. Esto se definirá al último porque todos los rivales en esta instancia son difíciles. Racing fue un rival muy difícil, más allá de que muchos creían que resultaría accesible.

–¿Qué te dijo “Cacho” (Sialle) cuando entraste?
–“Cacho” siempre nos da tranquilidad a todos. Me dijo que haga lo que sé hacer y que juegue para adelante. Me pidió que me ubicara como enganche, jugara suelto y me juntara con los volantes para abastecer a los delanteros. Entré de lo que me más me gusta a mí y creo que se notó. Pero también puedo jugar de doble “5” y rendir bien, como pasó en Salta. Necesito estar en contacto con la pelota y que el juego pasé por mí. Esa es la verdad.

–Cuando hiciste el gol te fuiste a abrazar con “el Cuni” (Claudio) Francés. ¿Por qué?
–Porque “el Cuni” es mi amigo y está pasando lo mismo que yo, esto de entrenarse todos los días, sacrificarse, romperse el alma y esperar con paciencia que nos llegue la oportunidad. Hay que estar bien preparado para eso. Y él lo está. Ojalá le llegue la oportunidad de jugar en este reducido, pero es “Cacho” el que lo debe decidir. La verdad es que en este grupo los 30 jugadores se están rompiendo el alma para ser titulares. Y está bueno que sea así.

–¿Todavía te estás remordiendo por aquella que tiraste por arriba sobre el final del partido?
–Después que se me fue por arriba del travesaño me dí cuenta de que tendría que haber abierto el pie, porque el arquero ya estaba jugado. Son segundos en lo que uno tiene que decidir y yo opté por pegarle fuerte. Y se me fue arriba.

El periodismo y la hinchada


–Cambiando de tema. ¿Creés que el periodismo local está siendo demasiado crítico con Talleres, respecto a la cuestión de los árbitros y los penales que le cobraron? ¿Se habla de eso en el plantel?
–No estoy de acuerdo con algunas cosas que dicen, pero creo que no hay que darle bola a eso porque cada uno tiene su opinión. Por ahí uno no ve reflejada algunas cosas que nos hicieron en algunos partidos, pero está todo bien. Nosotros tenemos que jugar al fútbol y que los periodistas opinen lo que crean. El periodismo tiene el trabajo de contar lo que ve en un partido y dar su opinión. Y está bien. Es su trabajo y hay que respetarlo. Pero los periodistas también tienen que respetar el nuestro, en cada entrenamiento o partido.

–¿Qué te sugiere el masivo apoyo de la hinchada en cada partido de local o como visitante?
–Los hinchas saben que estamos dejando la vida en cada partido. Yo sé lo que es Talleres y su hinchada. Yo creo que si seguimos así en este reducido, el Chateau (por el Kempes) va a quedar chico.