Comenzó la T. El plantel volvió al trabajo y se prepara para la pretemporada que iniciará el 3 de enero en Santa Fe. Operativo ascenso.

Fue como una escena digna del programa televisivo “Cuestión de Peso”.

Y empezaron a desfilar los muchachos uno a uno. Como si se tratara de la previa de un combate de boxeo. La balanza, a cada uno, los esperaba. Y allí fueron. “Primero vos, después vos y después vos...”, mientras el profe Adrián Navarro iba tomando nota. Miraba, revisaba las planillas y volvía a mirar. Y marcaba, como si fuera un examen. Como si el trazo de su lapicera los marcara más y más.

Mientras, los jugadores refunfuñaban. “Así son las pretemporadas, hay que bancársela”, decían algunos. “La verdad que estoy muy contento porque los veo bien a los muchachos. Todos están en peso, se los ve bien, cumplieron con esa parte. Nos queda lo más difícil, prepararnos y esperar el torneo”, le dijo a Día a Día un bronceado Arnaldo Sialle.

El entrenador albiazul está contento. Se siente relajado. Las vacaciones ya se fueron con el almanaque y Talleres ya vive el 2013. “Es verdad, ya tenemos la cabeza puesta en el torneo. La pretemporada va a ser muy dura y el profe hará su parte”, dijo entre algunas sonrisas el técnico de la T.

El “odiado” es el PF y esta parte es la que le toca a él. Navarro, más bueno que una tostada tibia, es el villano de turno aunque su temple bonachón y de barrio se contraponga a algunas caras largas.

“Profe, ¿esto nos asegura el ascenso?”, le preguntaron algunos de los muchachos a Navarro. Con esas sonrisas socarronas, con algo de “pase de factura” y algo de broma, al profe ni se le inmutó el tejado rubio de sus cabellos sobre la frente. Y, con ese clima distendido de siempre, sabiendo al menos que será batallar, correr, hacer gimnasia, quemar calorías y ganar otra vez masa muscular, queda un espacio como para jugarle una chanza a alguno. Y eso le cayó a Gonzalo Klusener, ya que un soplón tiró: “Se trajo un kilito demás, jaja”.

Pero el propio 9 de la T se encargó de aclarar: “Eh cómo me matan, no es para tanto. Debo reconocer que en las fiestas comí de todo, estando en familia uno se relaja, pero no es para tanto, che”.

Igualmente, broma aparte, el goleador albiazul se siente con todas las pilas. “Otra vez el profe nos ajusticia un poco, pero hay que correr. Y hay que ponerse bien. Estamos contentos, ya estamos en el 2013. Y ya estamos con todas las ganas de que vuelva todo. Creo que va a ser una buena pretemporada, hay que reconocer que el profe nos mata, pero nos pone muy bien a punto”, aseguró el Klusegol.

Todo Talleres espera que el delantero vuelva a estar tan afilado como en el semestre que pasó y se sabe que será más que necesario para que se logre el ascenso.

Villa de esperanza. Un atleta de Cristo, como debe ser. “La fe vive conmigo siempre y en eso estamos”, dice Javier Villarreal que no se cansa de correr y lo hace como un chico. Sabe que le esperan días duros. “Me tengo que seguir poniendo bien y hasta bajé unos kilos, ojo, jaja”, anuncia el volante histórico que sabe qué es eso de ascender. “Ojalá, ojalá me toque festejar otro ascenso. No paramos hasta lograrlo y quiero que en mayo estemos hablando de esto que hablamos de hoy, claro que festejando como debe ser”, agrega Villita. “Te pago un viaje a Fortaleza de vacaciones y los invito a todos. Allá festejamos el ascenso”, promete ¿entre bromas? Javier Villarreal.

Pero luego, el técnico volvió a meterse de lleno en todo lo que se viene. “Mirá, es simple, los muchachos están muy bien, creo que estamos a las puertas de algo grande, pero a eso hay que saberlo construir. Nosotros de nuestro lado y los jugadores del otro. Y muchos de los chicos que tenemos en el plantel tienen que tomar conciencia de que pueden quedar en la historia, además de los que han venido. Yo confío a muerte en ellos, pero ellos”, cerró con aires de esperanza, como todos.

Ya comenzó el año nuevo de Talleres. Ya todos palpitan el 2013 que parece llegar con la mejor y más grande ilusión de cara a un semestre más que definitorio. Todos ya se suben al barco para que el puerto se vea antes de tiempo.