La "T" empató 0 a 0 con Gimnasia y Tiro de Salta en La Boutique de Barrio Jardín. El equipo se mostró apático, falto de ideas y un tanto inseguro. Sobre el final, el juez no convalidó un lícito gol albiazul.

Talleres hacía su primera presentación en condición de local en lo que va del Torneo Argentino A. Por la próxima utilización del estadio Mario A. Kempes para las Eliminatorias, la localía albiazul se mudó a la verdadera casa. Allí, en Barrio Jardín, los dirigidos por Sialle no supieron plasmar en el campo de juego todo lo trabajado durante los meses de pretemporada, y dejaron a los hinchas necesitados de algo más.

Si bien en los primeros minutos parecía que la "T" se iba a llevar puesto el partido, con el correr del juego ese entusiasmo se fue diluyendo hasta convertirse prácticamente en nada. Talleres demostró ser un equipo insulso, tibio, sin muchas ideas y sin mucho ímpetu a la hora de buscar. Sólo algunos arrebatos de locura de algún que otro jugador, hicieron que por momentos se concibiera factible una victoria. El resto, casi nada.

La defensa quedó en deuda, sobre todo cuando la pelota fue por arriba o cuando el visitante encaró de contragolpe. Chitzoff y Bazzi estuvieron más preocupados por atacar que por defender, y en por momentos pasaron algún que otro sobresalto. Britez y Nievas aportaron lo suyo, sin ser una zaga central totalmente afianzada, pero dejando alguna luz de esperanza, pensando en lo que se viene, y contemplando la posibilidad de trabajar intensamente en el orden y el entendimiento entre ellos.

En el medio, muy poco. Villarreal estuvo muy solo, y por momentos, muy perdido. Lejos estuvo de ese "5" organizador, jugador de toda la cancha. Agustín Díaz terminó cumpliendo más cuando le tocó marcar que cuando le tocó jugar. Los encargados del vértigo y la creación, también quedaron en deuda. Uno más que otro. Carabajal demostró una vez más que las condiciones le sobran, pero en más de una oportunidad equivocó su decisión final y terminó desperdiciando chances. Becica, ausente. El ex-Racing prácticamente ni intervino en el juego. Sólo algún centro de mínimo peligro, y no mucho más que eso. El resto del partido, sólo encarar tímidamente y sin convicción, terminando inevitablemente chocando con un rival y perdiendo la pelota.

Arriba, también muy poco. Velazco es muchísimo más lo que insinúa que lo que realmente hace. Se mueve mucho, pero sin mucha precisión ni mucho sentido. No pudo gravitar ni mostrarse como opción de pase claro pensando en el arco rival. Y Klusener, durante gran parte del partido tuvo que resignar su posición de número "9" para bajar unos metros a buscarla y pelear. Tampoco sirve.

Los puntos mas fuertes se vieron cuando se movió el banco de suplentes. Leandro Requena tuvo que reemplazar a Diego Aguiar, que se retiró golpeado tras un choque con un rival. El "12" albiazul, ingresó seguro y tapó dos o tres pelotas que tenían destino de red. Franco Olego y Gastón Bottino ingresaron para renovar el aire en ofensiva, y fueron de lo más convincente de la tarde. El primero, recostado sobre la izquierda, se mostró mucho mas veloz y decidido que Becica en su lugar. El segundo, generó las situaciones más claras para la "T". Sin ser el más habilidoso, y con un estilo de juego extraño, resultó impredecible con la pelota en los pies, y logró hacerle creer a la gente que se podía ganar.

Resulta sencillo hacer un análisis pormenorizado de cada uno de los jugadores, porque el Talleres que se vio en la cancha fue un Talleres así, individual. Un equipo inconexo, falto de diálogo futbolístico, sin asociaciones ni enlaces en ningún sector del campo. Ardua tarea para el DT hacer que los defensores se organicen, los volantes se conecten y los delanteros se entiendan. El torneo es largo, pero hay que trabajar desde ya, porque las fechas avanzan, y en un abrir y cerrar de ojos, el tren se va y no lo agarrás más.

La polémica. Sobre el final, y sin casi ni merecerlo, la "T" logró abrir el marcador, pero el juez le negó la alegría. Tras un centro desde la derecha y un desvío, apareció desde atrás de todo Franco Olego y con un remate fallido, por esas cuestiones del fútbol, la mandó al fondo de la red. Pero el asistente N° 1 Gonzalo Pedro levantó el banderín y el árbitro Miguel Mazón invalidó la jugada. A simple vista, queda la sensación de que el jugador albiazul aparece habilitado desde el fondo, y que lo que confunde al juez es el desvío en el defensor de Gimnasia y Tiro.

Todos, incluyendo "Cacho" Sialle, le cayeron encima al juez y le recriminaron de manera vehemente el fallo de la jugada. "Véanlo por TV", contestó el árbitro chaqueño, que se fue custidiado por la policía, entre medio de insultos y botellazos que volaban desde la tribuna.