Cerca de 500 hinchas de Talleres organizaron un evento de banderas, en busca de recursos para financiar la más grande del mundo. Será inaugurado el 12 de octubre. 380 metros de largo por 48 de ancho para batir el récord.

“Pase lo que pase voy a quererte igual”, rezaba la inscripción emulando a la canción “Punto Final” de Carlos “Mona” Jiménez, un trapo de casi 20 metros, que de manera ornamental decoraba el gimnasio “Juan Pelatto”, el polideportivo que tiene Talleres en barrio Jardín. El aroma a locro, vino y empanadas, con el inconfundible sabor del color, le dio contexto a una ilusión y a un proyecto que sueña con lo más alto. El evento, que congregó a casi 500 fieles albiazules, tenía la finalidad recolectar recursos en función de poder cristalizar el telón gigante. Una semana atrás, Talleres se inscribió en los récords guinnes a cargo de un tatuador que logró marcar en la piel de más de 400 hinchas, el escudo albiazul. Y ahora, para seguir en esa sintonía, el anhelo de todos es poder inaugurar más grande del mundo. Las medidas asustan: 380 metros de largo por 48 de ancho, que alcanzarían a cubrir la cabecera Norte o “Daniel Willington” y la totalidad de la tribuna Este o “Daniel Gasparini”.

La idea. “Esta iniciativa nació el año pasado, para tenerla lista en el Centenario del club, pero la verdad, queremos tenerla lista para el 12 de octubre de este año. Por eso, cuando me junté con Rody Soria (artista que diseñó los telones gigantes de Racing, Instituto, y la de Belgrano que se desplegó en el partido pasado ante Boca, la semana pasada, entre otros equipos) le dije que queríamos hacer algo grande. Se está trabajando mucho, pero todavía nos falta. Agradecemos al club que siempre nos presta las instalaciones”, dijo Darío Cáceres, miembro de la barra de “La Fiel”, sector que junto al “Grupo Viamonte” y “Todo por Talleres”, organizaron la ceremonia. La entrada era un bono de 10 pesos, y además, se vendían empanadas, porciones de locro y bebidas.

Talleres, el control. Lo destacado es que el total de la recaudación será guardada en la sede de Talleres, a modo de garantía. “Decidimos poner al club en esto para que la gente tenga confianza en nuestro proyecto, y no se genere desconfianza. Todos perseguimos el sueño de tener la bandera más grande del mundo y por eso, queremos que la gente que quiera colaborar sepa que esto se hace con toda la transparencia”, agrega Cáceres. En total, el telón costará 190 mil pesos y con eventos como el de ayer, ya hay casi 120 mil pesos recolectados. “Necesitamos organizar dos o tres eventos más, para generar unidad y que todos los hinchas nos sintamos representados en este logro. Queremos que la gente siga participando y colaborando”, agregó Darío. De la dirigencia, estuvieron presentes el inversionista Hugo Bertinetti, el gerente Osvaldo Taham y el intendente de la Boutique, Paco Cabasés.

Palabras de autor. “Cuando me junté con Darío, le comenté que por la fisonomía del Estadio Mario Kempes, la forma de construcción y la continuidad en las plateas, se puede hacer una bandera que desplegada, ocupe toda la mitad. Más que la de Peñarol de Montevideo (350 metros por 50) que también la confeccioné yo. Sólo que sería prudencial que no llegue hasta la otra popular, así la policía no tendría inconvenientes en ese pulmón que lo separa de los visitantes”, contó Rody Soria, el artista. Manifestó que el bordado empezará en dos meses, y necesitará un mes aproximadamente para diseñar, pintar y terminar la confección. “Será un desafío importante. Quizás el mayor de todos, para crear un nuevo récord. Córdoba siempre me trata bien cuado vengo. Es un honor que me tengan en cuenta”, confiesa Soria.

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Hubo 50 kilos de locro, para más de 500 hinchas de Talleres.

Locro azul y blanco


Nora apenas durmió dos horas. Trabajó más de 15 horas hirviendo agua, maíz y zapallo. Tiene las manos hinchadas de tanto laburo. “A todo esto lo hago por Talleres. Llevo más de 28 años de casada y mi marido sabe que el amor de mi vida es Talleres”, cuenta Nora, quien no es amiga de las fotos y por eso en vez de posar, siguió vendiendo las porciones que a quince pesos, viajaban por todo el salón. Recorre las rutas de todo el país, como Ana, quien sus 60 años no parecen ser obstáculo para continuar con esta pasión azul y blanca. “Tenemos tantas historias que contar, que no alcanza ni en una biblioteca. Siempre nos ponemos a dar una mano a los compañeros que buscan dinero para solventar los viajes. Lo seguimos a Talleres por todo el país. Hoy (por ayer) hicimos locro y empanadas, pero vamos a estar para colaborar en lo que sea necesario. Ahora queremos tener la bandera más grande del mundo y la vamos a conseguir. Todo sea por el amor que tenemos a nuestra institución”, agregó Ana. Toda una muestra de fidelidad.