Talleres derrotó con autoridad 4 a 2 a Sportivo Belgrano en San Francisco y resucitó en pos de su ilusión. Otra vez los de barrio Jardín se prenden en la discusión, con sueños de ascenso y con ganas de dar pelea hasta el final.

René “Colorado” Batán es un reconocido hincha albiazul, poseedor de una pasión exacerbada con límites inimaginables de pasión y fanatismo por Talleres. Es reconocido en el ambiente por superar geografías y distancias inaccesibles para seguir al equipo de su corazón. Antes del inicio, desde la platea baja del “Oscar Boero” de San Francisco, dio su pronóstico, que no fue agorero: “Talleres tiene estas cosas. Este partido va a ser goleada. Vamos a ganar, con muchos goles, acordate lo que te dice este loco. Somos así, perdemos un partido increíble de local ante Santamarina y le ganamos al más pintado”. Y se ve que tantos kilómetros recorridos le dio una sapiencia por encima de la razón y la lógica. Porque los pálpitos generales colocaban a Sportivo Belgrano como protagonista y candidato. Sin embargo, en un Domingo de Pascua, Talleres resucitó y recuperó la fe, al conseguir un triunfo categórico a domicilio por 4 a 2, a puro festejo y gol, que le devuelve su ilusión para volver a creer.

Personalidad y carácter. Ésas fueron las virtudes del Albiazul, junto a la contundencia, desafiando los fantasmas y los osbtáculos que en partidos anteriores le presentaron incordios. Lo mejor que le pudo pasar fue el tempranero cachetazo de David Altuna, porque lo despertó y le hizo mostrar lo mejor de su orgullo. Ahí fue cuando los dirigidos por Arnaldo Sialle sacaron a relucir su chapa, su oficio y las necesidades. Entonces, Gabriel Carabajal hizo un surco y fue criterioso para jugar, Claudio Riaño estuvo imparable y Nery Leyes consolida juego a juego su crecimiento. Y eso que cuando el local se quedó con uno menos, con el descuento de Martín García, otra vez aparecieron las energías negativas, como ante Racing y Santamarina. Pero con inteligencia, no se desesperó terminó de liquidar las acciones, gracias a Riaño otra vez, y la historia tuvo de nuevo final feliz para barrio Jardín.

Para el “Colorado” Batán, Talleres es religión, como para los 2 mil simpatizantes que viajaron 200 kilómetros para San Francisco. Talleres puso de todo, no solamente de chocolate los huevos en Pascua y renueva su fe, sus creencias y está otra vez en carrera.

La figura. Claudio Riaño (8). es el alma de la entrega. Dos goles, sacrificio y amenaza constante de gol. Imparable.

El árbitro. Sebastián Mastrángelo (Regular). No fue ecuánime en los fallos, demoró en amonestar a jugadores de Talleres aunque de todas maneras, no incidió en el desarrollo.

La clave. El gol de Sáez, 3 a 1 y expulsión de Mazzina. A diferencia de los anteriores partidos, esta vez aprovechó el hombre de más.

Uno x uno


Requena (6): No tuvo responsabilidades. Mejoró en las pelotas aéreas. Atento.
Romat (6): Su mejor partido en Talleres. Proyección y asistencia en el gol de Díaz.
Rezzónico (5): Bien por arriba. Tuvo buenas y malas.
Trulls (6): Bien en la marca ante Aróstegui.
Ledesma (4): Le cuesta mucho. Sufrió a Barrionuevo.
Carabajal (7): Participó en todos los goles. Muy correcto. Tuvo dos veces para liquidarlo.
Leyes (7): Esfuerzo titánico en el equilibrio. Consolida su buen momento.
Díaz (6): Más aporte en los relevos que en el juego. Gol de empate.
Strada (6): Jugó de doble “3” ayudando a Ledesma. Cumplió.
Riaño (8): Una topadora, una pesadilla. Dos goles, peligro inminente.
Sáez (6): Estaba impreciso en los pases, anotó el tercer gol, el más crucial.
Francés (6): Rueda de auxilio en la banda izquierda.
Ballestero (5): Un parche en la mitad de cancha.
Olivera (-): Tocó una sola pelota.