Talleres se consagró campeón anual del certamen de la Liga Cordobesa de Fútbol, después de 10 años. Historia de un semillero que pasó por AFA y busca recuperar su identidad.

En un año complicado, ingrato y poco alentador que vivió Talleres, al menos en las divisiones inferiores barrio Jardín tiene un motivo para celebrar. Es que la cantera albiazul logró el 2011 salir primero en la tabla general del certamen que organiza la Liga Cordobesa, después de 10 años de ayuno. Talleres logró el primer puesto en la Zona de Oro, donde compiten las categorías 4ª a 9ª, obtuvo título en tres divisiones (4ª, 5ª y 7ª) y fue subcampeona en la 6ª. La última vez que el semillero albiazul había festejado el título fue exactamente en 2001, cuando obtuvo un logro histórico, siendo el primer club en ganar en las seis categorías. En aquel entonces, el coordinador era el ex futbolista Mario Alfonso Ballarino.

Con AFA. Hubo sequía de todo tipo después de aquella fiesta juvenil. Cuando Ballarino optó por dirigir al primer equipo (Copa Libertadores 2002), tras renunciar después, no retornó a su anterior cargo y se fue de la institución. Un juicio millonario se inició a continuación muchos jugadores abandonaron la cantera. La diáspora fue terrible, con mayores consecuencias con la salida del ex concesionario de las inferiores, Norberto Castaños, con la empresa Norton Atlantic Group, que después reclamó su crédito en la quiebra (es uno de los mayores acreedores (más de tres millones de pesos).

Cuando Ateliers asumió con Carlos Granero al frente del club, Piero Foglia pasó a coordinar la cantera, para irse después en el 2008, reemplazado por Raúl Peralta, después de que Carlos Ahumada se convirtiera en el hombre fuerte de las decisiones. Los resultados no aparecieron de la manera esperada, con los mismos obstáculos de salidas y juveniles que emigraban hacia otros destinos. Vale destacar que en ese entonces, desde el 2004, el albiazul pasó a formar parte de AFA, siendo el primer cordobés en competir con los juveniles en Buenos Aires, participación que le aportó más roce y ritmo de competencia a los chicos.

Sin AFA. Con la asunción del fideicomiso con la Fundación Azul y Blanco, en 2009, con el descenso al Argentino A, Talleres se encontró con la peor noticia: automáticamente por su naturaleza de indirectamente afiliado, no podría competir en los certámenes de AFA. Entonces, se contrató a Héctor Chazarreta, quien se encontraba ejerciendo funciones en San Martín de Tucumán, para enderezar el rumbo en la Liga local. Era un terreno pétreo. Y después de dos años, casi como premio consuelo de la indiferencia de AFA, ganó legítimamente el campeonato anual de la Liga Cordobesa, tras 10 años de sequía. “Esto es muy gratificante, porque el esfuerzo de a poco se ve plasmado en títulos. Es parte de un proceso, de una formación, porque el objetivo final es lograr insertar juveniles al plantel superior. Con Carabajal, Grasso, Massena, Córdoba, siento que estamos dando pasos firmes”, cerró diciendo Chazarreta, quien con Víctor Heredia y ahora con Adrián Avalos, tienen a cargo el desafío de encauzar la cantera albiazul.

En el campeonato de inferiores, Talleres cosechó 386 puntos en 168 juegos. Fue el equipo más goleador (451 marcados contra 157 recibidos) Ganó 118 veces, empató 32 y perdió 18.