2-1 a Libertad. En el debut de Arnaldo Sialle como técnico, Talleres cantó victoria en un partido infartante. Su festejo fue mesurado.

“Vamos carajo”, se leyó clarito de la boca de ese hombre gigante. Sus palabras salieron con una bronca atragantada. Detrás de su inmensidad, la hinchada de Talleres se tiraba ferné en la tribuna para confirmar que no se había muerto del infarto. Así fue el final del juego en una noche inolvidable para Talleres. Y para Arnaldo Sialle, el técnico debutante.

No fue un partido más para Sialle. El destino lo buscó para hacerse cargo de un equipo falto de confianza y alejado de la conversación grande. Aunque el triunfo lo dejó a dos puntos del último que clasifica a la siguiente instancia.

Pero el gigante no se achicó. Y el triunfo 2-1 le guiñó el ojo. “Fue infartante, estaba complicado y arrancamos perdiendo sin merecerlo y se nos puso cuesta arriba”, dijo el DT.

Claro, el fallo de Nicolás Romat complicó la historia. Y Sialle habló de la desventaja inicial. “Un error lo puede tener cualquiera. Hay que alentar hasta el final porque demostramos que se puede y lo pudimos dar vuelta jugando”, agregó con la frente sudada y una alegría mesurada.

Pero el triunfo de Talleres ayer en Sunchales no fue uno más. Hacía 31 meses que la T no ganaba fuera de Córdoba al arrancar perdiendo un partido. La última vez había sido ante Tiro Federal, el 4 de abril de 2009, cuando venció 4-1 al Tigre, en Rosario.

Los flashes se fueron con aquel hombre musculoso. Había que verlo con una remera blanca y un pantalón azul largo. Cerca de la raya de cal. Al que no le tembló la pera (ni el miedo a perder por más) al mandar a la cancha a Ramiro Pereyra, y los pibes Álvarez y Francés para cambiar las cosas.

“Este grupo viene muy golpeado, cada adversidad es un mazazo y bajan los brazos. Pero hoy los jugadores dejaron todo. Igual, tenemos que seguir trabajando. Es difícil la situación, pero no queda otra”, puntualizó el ex DT de Guillermo Brown de Puerto Madryn.

Y ahí fue Talleres. Lastimado. Ciego. Con la guardia baja y el corazón abierto. Dispuesto a morir de pie. Poniendo la jeta. Entonces, tanto desparpajo le valió un premio mayor: ganar de visitante después de seis partidos. Sí, creer o reventar. La última vez había sido en esa misma cancha, ante el mismo rival y también por 2-1.

Igual, el DT eligió la mesura a la hora del festejo. “Me deja tranquilo el triunfo y que los muchachos, a pesar de sus limitaciones, dieron todo. Me voy conforme a medias”, manifestó. Sunchales, una ciudad con alma de pueblo, pareció prenderse fuego por el grito de unos 500 albiazules. Y cuentan los habitantes que un hombre gigante y musculoso hizo temblar las calles. Pisó fuerte. Fue un tal Sialle.

Talleres y sus 1.500 partidos. Ayer, en Sunchales, Talleres marcó otro hecho histórico. Los de barrio Jardín llegaron a los 1.500 partidos oficiales disputados. Se contabilizan torneos Regionales, de Primera División, de la B Nacional, Nacional B (no es lo mismo), Argentino A e Internacionales. Según los datos del periodista Mauricio Coccolo, Talleres ganó 527 partidos, empató 472 y perdió 501. El primer cotejo fue ante Sp. Belgrano de San Francisco, por el regional de 1969, en la cancha de Instituto y finalizó 1-1 con goles de Armenante para la T y Neumann para los Verdes. En 1980 accedió a los campeonatos Metropolitanos.

El primer descenso fue en 1993, tras disputar 32 torneos en el círculo mayor. En su larga historia, nadie olvida el ascenso ante Belgrano, en 1998 o el descenso al Argentino A, el 13 de junio de 2009 en cancha de Quilmes. El camino continúa.