Talleres volvió a ganar fuera de casa tras dos meses y medio sin alegrías. Le ganó 1 a 0 a Maipú y sacó cinco puntos a su escolta, Juventud Unida. Agustín Díaz, de tiro libre, marcó el gol albiazul.

Mendoza. Especial.- Talleres está feliz. Se hizo fuerte en un campo de batalla hostil y ante un rival incómodo como Maipú, aprovechó su momento, y lo derrotó 1 a 0. Además, amplió la ventaja a cinco unidades en la cima de la Zona 2 del Argentino A. Y de yapa, volvió a ganar fuera de Córdoba tras nueve fechas.

El principal obstáculo que sorteó Talleres, más allá del rival, fue el campo de juego. La cancha de Andes Talleres lució en pésimas condiciones, dura y despareja en casi todos los sectores, haciendo imposible el juego por el piso. Por ende, el esférico estuvo más tiempo en el aire que por el piso; y las pelotas divididas fueron una constante.

No obstante, una vez que el elenco de barrio Jardín consiguió hacerse del patrimonio del balón, la historia fue otra. Las mejores ideas nacieron de los pies de sus hombres más dúctiles: Lisandro Sacripanti y Agustín Díaz. De esa forma, el equipo albiazul inclinó la cancha a su favor, y se puso en ventaja a los 26 minutos del primer capítulo con un tiro libre en la puerta del área, con un remate soberbio de Díaz que dejó sin resistencia al arquero Martín Ríos. En su debut como titular, el jugador oriundo de Carlos Paz justificó plenamente su designación como conductor del equipo. Quizás fue la única diferencia, la mínima, de lo que mostraron los dos equipos, pero suficiente para que Talleres se vaya ganador al vestuario.

Maipú reaccionó, con el juego que más le conviene, a puro oficio. Ahí fue cuando el arquero de la “T”, Federico Crivelli, con mucha concentración, evitó, en dos oportunidades, el empate del conjunto mendocino. El descanso terminó con sensación de alivio para Talleres, pero sin dudas, la ventaja era legítima, por la eficacia y oportunismo que siempre distingue al elenco que dirige Héctor Arzubialde.

En el complemento, el local insistió por sus vías para complicar a Talleres. Lucas Gamba era su jugador más peligroso. En sus piernas estaban depositadas las esperanzas de Maipú, que pocas respuestas encontró para vulnerar la férrea última línea albiazul, que casi no sufrió sobresaltos. Talleres apostó al contragolpe, equiparando las acciones. Arzubialde resolvió poner dos líneas de cuatro, sacando a Díaz y haciendo ingresar a Guillermo Cosaro, pero como le significó retroceder en la cancha, optó el debut de Martín Seri para equilibrar. Y eso fue todo. Talleres se aferró al gol oportuno de Díaz y se trajo tres puntos de oro de Mendoza, para seguir siendo feliz en la cima de la tabla.

Talleres volvió a ganar fuera de Córdoba, tras nueve fechas. La última victoria fue en la 4ª fecha ante Desamparados en San Juan. Venía de tres derrotas seguidas: ante Sportivo Belgrano, Estudiantes de Río Cuarto y Juventud Unida en San Luis.

“Para salir de esta categoría y dejar de jugar en este tipo de canchas, lo mejor que podemos hacer es ganar en ellas”. Héctor Arzubialde