El DT espera por la recuperación de algunos soldados. De los que estaban con inconvenientes físicos, ayer sólo pudo utilizar a Pereyra.

Hector Arzubialde prepara su Talleres, en función de los condicionamientos que le proponen las lesiones de sus futbolistas. Ayer fue el ensayo futbolístico y debía medir las evoluciones de las dolencias de Juan Pablo Rezzónico, Ignacio Anívole y Ramiro Pereyra.

El zaguero central había sufrido el miércoles un golpe en un dedo de un pie derecho, un inconveniente parecido al del "Pocho", quien debió ausentarse desde el partido con Alumni. Pereyra, en tanto, tenía una molestia muscular en una pierna.

Lo cierto es que ayer, "Arzu" solamente pudo utilizar al santiagueño. Rezzónico presentó demasiados dolores en la zona afectada y es probable que por precaución no sea de la partida. En tanto, Anívole podría integrar el banco de suplente.

Lo cierto es que el equipo que armó el entrenador formó con Federico Crivelli; Walter Ribonetto; Gabriel Ruiz y Guillermo Cosaro; Víctor Cejas, Sebastián Navarro, Miguel Monay y Mateo Martinelli; Ramiro Pereyra, Lisandro Sacripanti y Claudio Riaño.

La gran novedad en el equipo fue la presencia de Mateo Martinelli, quien pasó a ser un elemento de recambio, luego de haber arrancado el equipo como titular. En ese caso, el ingreso del ex Independiente Rivadavia de Mendoza se daría por el lesionado Rezzónico.

"No me ato a ningún sistema", suele decir Héctor Arzubialde, cuando alguien pretende inducirlo a que adelante la distribución de los jugadores en la previa a un partido. En este caso, ayer, en la Boutique de barrio Jardín, el entrenador de Talleres, confió en el 3-4-1-2 con que salió a jugar de movida ante Estudiantes de Río Cuarto. Un sistema distinto al 4-4-2 en cancha el miércoles pasado cuando saltó a la cancha Fabio Pieters, en lugar de Ramiro Pereyra.