Con ese apodo y a fuerza de buenos rendimientos, el delantero se convirtió en una de las piezas fundamentales de Talleres. “Ni somos los mejores ni seremos los peores del mundo si perdemos un partido”.

“Toda la vida, en todos lados, me decían loco. En mi barrio, en Newell’s, y ahora también. No sé si es verdad, puede ser, pero mejor que así sea, sino todo debe ser muy aburrido. Hay que estar loco para disfrutar la vida”. Sabio apotegma el que dejó para la posteridad el delantero de Talleres Lisandro Sacripanti. Su relación con la cordura ya es una convivencia. Por eso, el domingo pasado se la aguantó solito contra toda la defensa de Alumni, después de que fuera expulsado Adrián Aranda. Por eso se encarga de llevarle dolores de cabeza a todas las defensas del Argentino A. No claudica, su razonamiento no se lo permite. Nuevamente Sacripanti volvió a dar muestras de su capacidad y disfruta el momento con LA MAÑANA. “Estoy muy contento con el presente del objetivo. Todavía siento la frustración del ascenso que se nos escapó el año pasado y esta vez se nos tiene que dar. Estamos todos muy mentalizados en lograr el objetivo planteado”, contó.

Origen. Sacripanti, de 28 años, es oriundo de Casilda, en Santa Fe. Empezó en Newell’s, y tuvo pasos por Argentinos Juniors, San Martín de San Juan y en el exterior, en Chile, Bolivia, México y Eslovenia. Pero sus comienzos no fueron fáciles. “Todos los días viajaba una hora y media para ir a entrenar a Newell’s. La vuelta era complicada, porque a veces salíamos tarde y los colectivos cumplen sus horarios. Fue una vida muy sacrificada, pero creo que tuvo su recompensa. No me imagino qué pudo haber sido de mi vida si no hubiera sido futbolista”.

Cariño. Fue uno de los más aplaudidos en el triunfo ante Alumni, pero el “Loco“ no se la cree. “Con los años aprendí que no tengo que confiarme nunca. El hincha de Talleres me dio muestras de su cariño. Pero tengo que ser conciente. Hay que aprender a calmarse, ni somos los mejores ni seremos los peores de mundo si perdemos un partido. No es así la cosa. Porque ahora todo es alegría porque estamos arriba, si perdemos, la cosa a va a ser diferente y hay que estar preparado”.

- ¿Qué hacés en Córdoba para pasar el tiempo?
- De todo. Por lo general, me suelo juntar con los pibes del plantel, a veces me voy de visita a Casilda. Además, estoy estudiando una carrera a distancia: Gestión Contable Impositiva. Me ayuda a combatir el stress. Es para mantener la cabeza ocupada. Uno nunca sabe qué va hacer después del retiro, me gustaría seguir ligado al fútbol, allá en mis pagos.

7 goles anotó Sacripanti en Talleres: 5 la temporada pasada (Crucero del Norte, Ben Hur (2); Huracán (TA) y Estudiantes (RC); y 2 esta temporada: Juventud Unida (SL) y Racing.

“El gol contra Juventud Unida fue mío. No sé por qué algunos medios se lo quieren dar al defensor en contra. Yo le di efecto a la pelota para que rebotara en el defensor y entrara (risas)”.

“Estoy estudiando una carrera a distancia: Gestión Contable Impositiva. Me ayuda a combatir el stress. Es para mantener la cabeza ocupada. Uno nunca sabe qué va hacer después del retiro”. Lisandro Sacripanti