El fútbol siempre muestra algunas paradojas. Sensaciones ambivalentes. Todo eso genera un simple encuentro de fútbol. Y por más que en la cartelera se anuncie un tradicional y atractivo partido Talleres-Juventud Unida de San Luis, fuera de la cancha, se vive un clásico. Los protagonistas intentan bajar los decibeles a la cuestión, pero se quieren ganar como sea. Es que el club puntano es gerenciado por Carlos Ahumada, ex concesionario de Talleres, quien fuera desapoderado, envuelto en polémicas, que dejó lugar a miles de denuncias y embestidas legales que hasta no hace mucho eran recurrentes. Pero lo más raro lo sentirá Daniel Valencia: el ídolo albiazul, futbolista estelar en los ’70 y ’80, es el vice de Juventud Unida. Y por primera vez tiene en frente al club de barrio Jardín. “Va ser muy rara la sensación. Hasta puse en duda si voy. Tengo un sentimiento muy fuerte por Talleres, una sensación extraña la que me invade. Nunca enfrenté a Talleres como jugador y creo que no lo hubiera hecho nunca”, contó la “Rana” a LA MAÑANA.

- ¿Cómo se imagina el recibimiento?
- Yo espero que bien. Siempre hay alguien que insulta, pero 30 o 40 tipos que puteen no me va a cambiar el cariño que tengo por el club. Además, esto es solo un partido de fútbol, no hay que ser tan morbosos tampoco. Se crea un ambiente tenso y hostil en vano. A nadie le gusta la violencia. Creo que hice mucho por Talleres, al igual que (Luis) Galván, (Miguel) Oviedo y otros.

- ¿Cómo lo vive usted desde afuera?
- (Piensa) Es difícil. No soporto la hipocresía. Yo estoy dolorido. La herida no cierra. Espero que la gente entienda que no me fui porque quise. Estuve con una persona (Ahumada) que puso casi seis millones de dólares. Los resultados no acompañaron y se descendió. Yo le deseo lo mejor a Talleres, pero hoy me debo a Juventud.

- ¿Habló para recomponer relaciones con la dirigencia actual?
- No. Cuando se meten con los hijos como en mi caso, esas personas están muertas para mí. Mi hijo fue dejado libre por capricho. Y su dolor es el mío. A eso no lo puedo superar y creo que nunca lo podré. Sin rencor y sin resentimientos, tengo respeto por muchos que están en Talleres, pero hay otros que le hicieron mal al club y siguen estando adentro. Eso no lo entiendo. Le agradezco a todos los hinchas y a los que me tratan con cariño. De mi parte siempre va a estar el respeto, con cualquier persona.