Mostró que puede ser otro equipo para el Clausura del Argentino. Hubo noches más oscuras

Que hacía calor, que la cosa venía con mueca de intrigas. Pero esta versión de Rebottaro de un Talleres renovado dio algunos indicios de ser un equipo distinto al de Roberto Saporiti. Y eso que era un rival de talla. Porque Olimpia de Paraguay tiene jugadores con un rodaje distinto al de un Torneo Argentino A. No por nada es el Boca Guaraní.

A priori se puede decir que la derrota 2-1 de la T con los paraguas no es con saldo totalmente negativo. Quizás no fue un reflejo fiel de los merecimientos, ya que hasta en el final lo pudo empatar. Pero sí prevaleció el oficio de la visita que lo dio vuelta sin un sobre esfuerzo.

El primer zarpazo lo dio el equipo de Rebottaro. Que incluso jugó con un esquema no habitual en la idea de Tito. Con línea de tres hay padecimientos atrás. Pero el medio se potenció por las bandas con Buffarini y Galíndez; con un jugador diferente como Navarro en el medio y con la suma de voluntades de Basualdo. Aranda y Moreira Aldana entonces se encontraron con más juego arriba. Por momentos Agustín Díaz se perdió; por otros apareció con calidad. A los 10 minutos un centro venenoso de Galíndez no pudo ser conectado por Moreira, pero sí por el defensor Vergini, que venció su propia valla.

1-0 e ilusión. La T controló y respondió con chances claras de Aranda, Díaz y el mismo Moreira. Pudo haber anotado algún gol más. En la visita sólo el morenito Dos Santos inquietaba. La defensa resistía por momentos incómoda.

Tiempo guaraní. En el complemento las cosas fueron distintas. La T flaqueó más en sus piernas y en su resistencia. Sumado a ello la cantidad de cambios que terminó por ejemplo con Miguel Monay como stopper izquierdo. Mucho ensayo en el complemento. Así Olimpia se encontró con un premio que quizás no mereció desde su juego.

Porque la T siguió yendo al frente en una segunda mitad que tenía casi como espectador a su propio arquero. Pero a los 22, Matías Giordano pidió que no le peguen y Oscar Jiménez no le hizo caso. El defensor devenido en delantero puso el 1-1 con un derechazo bajo que se coló junto al palo. Bajón en barrio Jardín. De todos modos el equipo de Tito tuvo una chance inmejorable a los 26 cuando Moreira casi vacuna a sus propios compatriotas. Estuvo muy cerca la T. El 2-1 no tardó en llegar. A los 37, Víctor Mata mató. Fue un tiro rasante dentro del área con un Giordano vencido.

La derrota casi fue empate porque la T lo puso al final contra el arco. No es un mal síntoma ver al DT rival metido en el campo para que el juez lo termine. La caída en el debut de Tito admite una lectura positiva, más allá del resultado.

La figura. Sebastián Navarro. El volante tiene calidad y hasta fue una variante ofensiva interesante. Metió muy buenas pelotas, marcó, corrió como loco y no le pesó la titularidad en este equipo.