De manera sorpresiva, Roberto Saporiti fue presentado ayer por Carlos Ahumada como el nuevo DT de Talleres en reemplazo de Peralta. ¿Cómo y por qué vino el experimentado entrenador?.

El retorno de Roberto Saporiti a la conducción técnica de Talleres se dio de forma vertiginosa, al punto que solamente el círculo íntimo del gerenciador Carlos Ahumada tenía certezas del asunto. No obstante, hubo varias series de “tires y aflojes” lógicos en las negociaciones, que por más que se hayan acordado a una velocidad sorprendente, desde Ateliers pusieron énfasis en cuestiones vinculadas en tratar de convencer al experimentado DT a que se haga cargo de este dificilísimo presente albiazul, agobiado por el promedio del descenso.

De todos modos, no fue necesario, ya que el propio Saporiti ofreció dirigir no sólo por estos cinco partidos. Y firmaron un contrato por un año de duración, independientemente de la categoría. Y puso los ejemplos de los equipos tucumanos. ¿Por qué vino Saporiti a exponer su prestigio en un club en riesgo de descenso? ¿A qué se debe tanta seguridad? ¿Tendrá Ahumada algún artilugio legal para asegurarse su continuidad hasta 2014, y decide apostar con todos los recursos a mano al proyecto deportivo?

Las negociaciones. Saporiti renuncia en Defensa y Justicia el sábado pasado, tras la derrota de su equipo ante Atlético de Rafaela. De todas formas, era insostenible en su cargo, con seis partidos sin victorias, y cuatro caídas consecutivas. Desde Ateliers aseveran que el domingo por la noche se produjo el primer contacto, y que el lunes los llamados fueron incesantes por parte del gerenciador para convencerlo. El perfil, su pasado en Talleres, y su trayectoria fueron los principales bastiones para elegirlo, aunque hubo un hecho relevante: Ahumada quedó agradecido por el discurso de Saporiti en los diarios y en los programas de TV, valorando su aporte en el predio y la Boutique, cuando vino a Córdoba con Defensa, allá por el 11 de abril pasado. “Es el indicado, no va a necesitar un proceso de adaptación”, dijo a sus colaboradores. Y pidió videos y recortes de eso para convencerse. Habían ocurrido llamados cuando seguía vigente en el conjunto de Florencio Varela, pero el “Sapo” decidió respetar la palabra, incluso “sonó” cuando renunció Juan Amador Sánchez. Ahumada ya había intentado sumar técnicos con trabajo (se habló de Rodolfo Motta en Almagro, Carlos Trullet de Ferro). Incluso le ofreció su avión particular para ir a buscarlo a Buenos Aires, pero el DT vino por su medios.

¿Y Peralta? El coordinador de las inferiores estaba al tanto de todo, sabía de su cargo inestable (vale aclarar que a los dos partidos se tentó al DT de Juniors, Carlos Enrique) y se la veía venir. Más allá del triunfo en Mendoza, la caída ante Los Andes fue determinante. “Por lo menos a éste (por Saporiti) no lo van a insultar los jugadores ni se lo van a querer llevar por delante”, dijo otro estrecho allegado al empresario.

El quinto ciclo de Saporiti en Talleres está en marcha. La lectura que puede hacerse es que Ahumada encontró un importante escudo en caso de que ocurra lo peor, para que absorba la presión, cambiando el timón del plantel, tal como se lo pidió la gente, aunque otros vislumbran que se trata de una apuesta, sabiendo de antemano su continuidad hasta 2014 al frente de Talleres, “si Dios me presta vida”, como suele decir.

Va por el quinto. Hoy a las 10, en barrio Jardín, Saporiti da inicio a su quinto ciclo en el albiazul. Previamente estuvo en las temporadas 1977-1979, 1988-1990, 1995 (todas en Primera División) y 2006 (B Nacional). En esta última campaña, fue la única vez que Talleres peleó por el ascenso, perdiendo en la última fecha ante Nueva Chicago. En total, dirigió 28 partidos, con 11 victorias, 11 igualdades y 6 caídas.

Saporiti: “Sé lo que vengo a jugarme”. Acompañado de Carlos Ahumada, los vicepresidentes Carlos Sforzini, Luis Maurillio Fuentes y Daniel Valencia, apareció sorpresivamente en escena Roberto Marcos Saporiti, quien fue presentado como flamante entrenador de Talleres. A su lado también estaba el DT interino Raúl Peralta (con cara de pocos amigos e indignado), quien había sido ratificado hasta el final de la temporada por el propio Ahumada en la anterior conferencia de prensa. Pero seguirá colaborando, al igual que el profesor Daniel Cámara. Además, viene con su ayudante de campo Marcelo Broggi y el preparador físico Claudio Ovelar.

“Le pido al público ‘tallarín’ que venga a alentar. Pueden ocurrir dos cosas: que nos salvemos y emprendamos un camino hacia Primera, que es donde este club merece estar, por toda su historia. Y si toca, lo que nadie desea, el descenso, asumo la responsabilidad del contrato firmado. Sé lo que vengo a jugarme”, dijo Saporiti, y después agregó: “Este equipo hereda una mala campaña deportiva y económica. Hay plantel, la campaña no es mala, y vamos a pelearla. Talleres representa mucho para Córdoba”. Y continuó elogiando la gestión de Ahumada: “Vengo de ver al predio, me sorprendió cómo está. Yo lo conocía de antes, era una selva, y ahora veo mucha gente trabajando ahí. Me encanta como está la Boutique, rehabilitada como antes. Vine con Defensa y me quedé perplejo”.

Del momento deportivo destacó: “La situación no es fácil, pero éste es un equipo grande, hay que tener la piel dura para estar». Y no eludió la pregunta sobre su anterior renuncia, en 2006, cuando el gerenciador era Carlos Granero: “Le dije al juez que Talleres estaba desprotegido. Había cosas perjudiciales. Lamentablemente, acerté”.

Ahumada: “Sigo hasta 2014”. Otro tema ineludible en la conferencia de prensa fue la continuidad de Carlos Ahumada al frente de Talleres, después de junio. Y como la vez anterior, el concesionario fue determinante: “Yo tengo contrato hasta 2014. No se trata de negociaciones, sino de respetar lo firmado. Ni siquiera estuve presente cuando fue homologado el pliego. Pero habla de que si Ateliers no genera deudas, la prórroga se hace de manera automática. Nosotros seguimos avanzando en eso”. Incluso se molestó con los periodistas cuando el interrogante fue repetido en otras ocasiones.

Con relación a un posible reajuste del canon, a 1,5 millón de pesos, declaró: “No está estipulado. ¿Por qué tengo que pagar yo la quiebra de Talleres? La mejor forma es vendiendo jugadores, por eso estamos invirtiendo en el predio, para evitar que no ocurra lo mismo que pasó con (Javier) Pastore”. Y le tiró un “palo” a su antecesor: “Debo pagar 200 mil pesos por mes. Al anterior gerenciador, Carlos Granero le daban cuotas, y a veces, no lo pagaba”. Y del predio, dijo: “Hay tiempo hasta 2014 para levantar el pasivo, y a eso apostamos. Belgrano lo hizo en varios años. ¿Qué urgencia hay ahora?”.