Luego de varios pasos en falso, Talleres pudo igualar a Almagro en los promedios, pese a que sigue en descenso.

El destino le había dado cuatro chances concretas a Talleres para alcanzar y superar a sus más directos rivales en la puja por conservar su lugar en la B Nacional. Pese a que arrancó en zona de reválida, en la segunda rueda una serie de resultados lo arrojó en los promedios a lo más profundo. Y le tocó por delante jugar verdaderas finales, con resultados de “seis puntos” como se dice en la jerga futbolera, y no los había podido aprovechar.

A inicios de temporada, Talleres se encontraba por debajo de Almagro en 20 puntos y a 31 de Platense. Hoy ya igualó la línea del conjunto de José Ingenieros, y está a 9 del “Calamar”, rival al que supo tener a sólo 6 unidades.

El primer paso en falso fue con el debut de Raúl Peralta como interino, ante Almagro, por 2 a 1. Iba ganando, condenando a su vencido al descenso directo, pero finalmente terminó cayendo. Era la fecha 25. Cuatro jornadas más adelante, tenía por delante a All Boys, y de ganar, llegaría de nuevo a puestos de reválida, pero empató 1-1. Eran tres cotejos seguidos en los cuales podía llegar a esa meta, porque de lograr resultados positivos ante Belgrano e Instituto, aprovechando las caídas del “Tricolor” y del “Milrayitas”, quedaría bien posicionado. Pero empató y perdió, respectivamente, y quedó abajo. Y llegó la “gran final”, ante Los Andes. Y fue derrotado 2-1, y la mayoría por barrio Jardín quedaron casi resignados. De todos modos, los resultados ajenos ayudaron, y con el triunfo ante Independiente Rivadavia, ya empató a Almagro, y quedó a tiro de Los Andes. Aprovechando recién la quinta ocasión que le dio el destino. ¿Qué hubiera sido de Talleres si aprovechaba las cuatro oportunidades anteriores? Restan cinco fechas, y el deseo de los albiazules es no volver a equivocarse, ni dar un paso en falso, porque más chances no puede desperdiciar, si quiere ver la luz al final del certamen.

Ganar y rezar. Talleres sigue sumergido en zona de descenso directo, pero puede superar esa instancia en caso de que en la fecha que viene derrote a Chacarita, y que Los Andes pierda contra Platense. En ese caso, los de barrio Jardín llegarían a un coeficiente de 1,103 (122 puntos sobre 110 partidos), mientras que los de Lomas de Zamora tendrían 1,088 de promedio (37 sobre 34). Pero en caso de empate entre “Calamares” y “Milrayitas”, el albiazul seguiría en descenso, ya que Los Andes quedaría con 1,117. Por eso, la frase de Federico Lussenhoff es más que elocuente de acuerdo al clima actual: “Tenemos que ganar y rezar”, ya que Talleres depende exclusivamente de resultados ajenos.

En la segunda rueda, Talleres apenas sumó 15 puntos, y de dividirse en Apertura y Clausura, estaría muy abajo, sólo por encima de Almagro (14), Quilmes (13) y Olimpo (8). Y antes de esta fecha, estaba penúltimo. Otra clara referencia que muestra la tendencia decreciente del albiazul en el certamen.