Los partidos parejos se resuelven en las áreas y el goleador de la B Nacional juega en Talleres: es Luis Salmerón. "El Pupi" marcó el gol decisivo en el triunfo 2-1 de Talleres sobre Defensa y Justicia, un rival de los que mejor jugaron en la Boutique.

De no creer. Parece que estuviera escrito que la "T" debe comenzar en desventaja. Lo increíble es que ayer no merecía ir perdiendo, pero el golazo de Zalazar, a los 30 minutos, lo hizo repetir la historia de salir a remontar un 0-1.

Tranquilidad. Más allá de la desventaja, Talleres no se desesperó. Igual que cuando perdía contra Tiro Federal, el equipo de Peralta tuvo la virtud de recuperarse a partir del buen juego (que ya mostraba antes del gol del Halcón) y la circulación del balón.

Firmeza. La defensa formada por cuatro marcadores centrales le dio a la última línea la firmeza que necesitaba. Eso sí, está claro que lo suyo es defender. Tanto Céliz como Báez casi que ni se proyectan por los laterales. Bartolini estuvo impecable contra Aranda y Lussenhoff le sacó el 2-2 al "9".

El cerebro. Zermattén volvió a tener una gran actuación. Fue el eje de cada avance, estuvo protegido por Galarraga (después Oyola) y abrió la cancha con Martín Cabrera (después Buffarini) y las constantes subidas de Quiroga o Wilchez.

Encontró al wing. El albiazul tuvo una nueva arma: el desequilibrio con un delantero por afuera. Fernandes Francou, que ya había cumplido en Rosario, fue determinante: se asoció, tocó, gambeteó, desbordó y convirtió el empate, cuando el equipo lo necesitaba.

El goleador. En el ST, con el 1-1, Defensa manejó aún más el balón. En un trámite parejo, el desequilibrio se hacía esperar. Y Salmerón, que tuvo un duelo tremendo con los grandotes Alloco y Duarte, apareció para conectar el centro de Buffarini e hizo gritar a todos en barrio Jardín.