El goleador del torneo fue decisivo en el 2-1 de Talleres a Defensa: una asistencia, gol y aplausos.

"Me llamo a silencio. La pasé mal y nadie reparó en lo que pudo pasar con mi familia. La gente me putea y soy el goleador del campeonato. Hice varios de penal, pero hay que hacerlos, ¿eh?". Luis Salmerón –goleador dolido por la agresión de plateístas hacia su familia en el final de aquel crítico Talleres 0-1 Atlético de Rafaela– daba su declaración de principios, tras el reparador 4-1 con Tiro (con regreso al gol incluido) y en vísperas del partido con Defensa.

El perfil silencioso de un Salmerón provocado, sólo se rompería en la red. "Hablaría" con sus goles y así despejaría las dudas de los hinchas en crisis por ver a la "T" en descenso directo.

¿Cuál sería el verdadero Salmerón? El goleador temido (15 tantos) o aquel errático que le pidió a los jugadores de Unión que pararan con los relajes porque ya no había partido y que un título periodístico recordó como "la Gran Salmerón". La respuesta fue concreta. El triunfo de ayer se hizo con mucho del "Pupi": asistencia de cabeza para Fernandes Francou en el 1-1 y toque a la red, para el 2-1 final.

Justo después de que los plateístas le pidieran más factor "H" lo que motivó que juntara los dedos preguntándoles: "¿Qué quieren?". El gol fue su redención. "Ahí tienen, ahora alienten", pareció decir "el Pupi" al agitar los brazos. La multitud gritó, Talleres quedó "ahí" de salir del descenso y Salmerón mostró su mejor versión.

Más cerca

Talleres ganó (1,096 de promedio) y ahora visitará a All Boys (1,142): si le gana, lo superará, aunque para salir del descenso directo hará falta que Los Andes (1) resigne un punto ante Atlético Tucumán (hoy) o Quilmes.