Grondona, técnico de la "T" líder, se quejó de los "vigilantes".

Entre el "Grondona no se va", que le cantó la hinchada de Talleres por la chance de que trabaje en la selección nacional, y el sufrimiento por revertir el resultado en un partido tremendo, "Humbertito", el DT albiazul, brindó una conferencia de prensa imperdible. "Hace un tiempo dije que hay que estar preparado para sufrir… Y bueno, así estamos", arrancó.

–Después de lo de hoy, ¿a quién le dan ganas de irse?
–A mí me cansan los vigilantes que hay en el fútbol argentino, como el otro día el técnico de Los Andes que dijo: "En las divididas jugaba para Talleres", como lo vienen haciendo sucesivamente. Hoy, gracias a los cambios del técnico rival, cuando sacaron a Tonelotto y Gómez, dije: "Chau, al partido lo ganamos nosotros". ¡Qué culpa tengo si a los cambios los hacen para el c..! Estoy cansado de que los vigilantes lloren... Esa es una de las cosas que quizá influya para irme, pero si fuera por la gente y por los jugadores jamás me iría. Me duele, sufrí mucho. Cuando terminó el partido me dicen ‘bandido’. ¿Bandido? El que me dice bandido es bandido. Esas cosas me molestan. Talleres gana porque tiene unos jugadores bárbaros, por suerte acerté en los cambios, siempre fuimos a buscar y el rival me presentó un sistema defensivo cuando iba ganando. ¿Yo qué culpa tengo si saca a los dos mejores jugadores? Es problema de ellos. Ahora, si después dicen que el árbitro cobra para nosotros, no sé. Esas son las cosas por las que, la verdad, tengo las pelotas por el piso.

–¿Cómo toma el canto de la gente?
–Está todo bárbaro, pero hace desde que mi padre era presidente de la AFA, de Independiente o de Arsenal, que es ir a la cancha y escuchar: "Grondona, hijo de p...", y me cansé. Hace 20 años que dirijo y, menos los que estuve afuera, que estoy cansado de escuchar estas pelotudeces... Disculpen cómo me expreso, pero me molesta que los mamarrachos, los mediocres, que se quejan cuando termina el partido y Talleres ganó un gran partido. ¿Yo que culpa tengo si son bobos los otros?

–Esta vez el canto fue otro.
–Bueno, qué querés, sería el colmo... Bah, ya no sé. Acá hay un periodista que hace estadísticas cuando no había ganado siete partidos en el ‘93. Yo también, cuando tenía 20 años, tenía 11 orgasmos, ahora tengo ocho... ja. Bueno, dos... ja.

–¿Por qué se sufre tanto?
–Porque Independiente Rivadavia es un muy buen equipo, que tiene unos jugadores bárbaros. Tiene el mejor atacante por afuera de la categoría, que es Martín Gómez, que bien saben que yo lo quería traer. Después, Tonelotto volvió al gol, no se lo puede descuidar, no vamos a negar a Ortega. Es un muy buen equipo, como lo fue Los Andes y los son todos. Es muy difícil jugar en esta cancha, rápida; y bueno, se sufre, pero se gana. También se va a buscar siempre, ésa es la virtud que tiene este equipo y uno nunca pierde la esperanza de que puede dar vuelta el resultado. El primer tiempo se jugó muy bien; el segundo, no, pero puso lo que tuvo que poner y dio vuelta un resultado muy justo.