Talleres igualó 3-3 con Tiro Federal en un partido que tuvo de todo. Iba 0-2, lo dio vuelta a los 45 del segundo tiempo y era puntero, pero a los 47 le empataron.

Pasaron tantas cosas en la tarde de ayer en la Boutique que el punto que cosechó Talleres tuvo diferentes sabores, según cómo se lo mire. En la previa, con la chance de ser líder si ganaba, el empate era negativo. En el entretiempo, con un 0-2 que hasta pudo haber sido peor, cualquier hincha firmaba el punto. Pero cuando a los 45 Gastón Stang marcó el 3-2, nadie imaginaba otra cosa que no sea festejo por la hazaña y la punta.

Pero faltaba más. Eduardo Vilce, uno de los nueve jugadores en cancha del equipo rosarino, metió el gol de la fecha, con un remate desde 30 metros y silenció a 11 mil almas. Todo eso en más de 90 minutos, en los que sobraron las emociones.

El hermetismo de José María Bianco para brindar la formación de Tiro era una señal de que tenía guardada alguna estrategia. Y así fue: "el Chaucha" decidió poblar la mitad de cancha, le clausuró los laterales a Talleres y dejó sueltos a dos enganches como Pablo Bezombe y Juan Casado. Los dos ex Belgrano encontraron muchos espacios y complicaron demasiado.

A los 4 minutos, se juntaron la mala fortuna de Guillermo Báez y la gran definición de Javier Rossi para el primer gol de la tarde. Y Tiro, que de movida se notaba predispuesto a demorar, se encontró en inmejorable situación: ganaba y podía replegarse para aspirar a la contra.

A Talleres le costó hacer pie: no generaba peligro y centralizaba el juego. Sólo hubo algunos chispazos de Lucas Wilchez. Y bastó que la visita recuperara un balón en la mitad de la cancha, para que Casado armara un contragolpe fenomenal, que terminó en el 2-0. Daniel Chaves apareció solo por derecha y metió el centro al corazón del área para el efectivo Rossi. En el final, Valentín Brasca le sacó un cabezazo a Rossi, que era el 0-3.

En el complemento, Talleres dio vuelta el marcador con su arma más redituable: la pelota parada. Del pie zurdo de Zermattén salió el envío para los cabezazos de Cobelli (1-2) y de Quiroga, que terminó en gol de Stang (3-2). Salmerón, de penal, había puesto el 2-2. Pero la alegría albiazul se esfumó en dos minutos, los que tardó Vilce en sacar el tremendo bombazo del 3-3.