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El equipo que le ganó a Belgrano.

Federico Jelic /
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Talleres cerró un 2007 disputando los últimos puestos, y con problemas dentro y fuera de la cancha. El horizonte es poco alentador, aunque tiene figuras para despegar en 2008.

El año para Talleres quedará en los registros como el peor de su historia. Con un primer semestre opaco tanto en lo deportivo como en lo institucional, el leve progreso de la segunda mitad del año no logró contrastar a un proceso que deja a los albiazules con muchas preocupaciones para el futuro.

A la hora de enumerar errores, la lista es extensa. Y para fundamentar el análisis, es necesario abarcar los hechos de manera cronológica. En enero, las llegadas a la conducción de Ricardo Gareca, el entrenador más exitoso de su historia, y del enganche Diego Garay, uno de los últimos ídolos de la hinchada, ilusionaron con llevar a Talleres a lo más alto, tras una campaña con altibajos. Pero se dio exactamente la inversa: Gareca abandonó barrio Jardín con sólo cuatro puntos en 12 partidos, Garay alternó buenas y malas, con sus lesiones permanentes, y el equipo nunca encontró su base. Al final, el nuevo DT Salvador Capitano sumó 5 puntos y logró esquivar la promoción casi de milagro. Todo eso gracias a que el Tribunal de Alzada le devolvió un punto de los tres que le habían descontado por los incidentes en el partido ante Atlético Rafaela, pero sumó 9 unidades en 19 partidos: la peor campaña en torneos cortos.

Fuera de la cancha, el panorama no fue mejor: el gerenciador Carlos Granero rompió la alianza en la conducción con el club Saint Etienne (de Francia), por falta de apoyo, y tuvo que hacerle frente a la situación en soledad. Las barras estaban divididas, la oposición no daba respiro, graficando un panorama poco alentador.

Ya en el segundo semestre, las esperanzas se renovaron, y se armó un equipo para buscar el ascenso (Iván Borghello, Lucas Rimoldi, Julián Maidana). Sin embargo cayó en los errores de siempre: trajo 25 refuerzos, de los cuales apenas jugaron la mitad y sólo unos pocos rindieron, y pese a que por momentos amenazó con ser protagonista, cerró el 2007 apenas a dos puntos de la reválida. Y como ahora necesita vender para contratar y generar recursos, cuenta con pocos futbolistas propios vendibles, por lo que las alternativas no son mayúsculas.

De cara al futuro, ya con Rubén Insúa con el buzo de DT, es primordial no volver a equivocarse, y la consigna institucional será no reforzarse de más, sino empezar a darle cabida a su cantera, fuente de recursos genuinos para hacerle frente a las erogaciones que impone la B Nacional. El ascenso a Primera asoma como una utopía, y en barrio Jardín son conscientes de que la primera meta será escaparle al descenso.

Lo más destacable del año fueron las victorias en los clásicos ante Instituto y Belgrano, pero con eso no alcanza.