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Nicolás Pacheco, rodeado por jugadores albiazules, intenta dominar la pelota. El atacante de Escuela fue clave para lograr el 3 a 3 final ante Talleres. Foto: LaVoz / Sergio Cejas.

El Tallerito


José Artaza /
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Escuela vivió como un triunfo el 3-3 con Talleres. Instituto, primero.

El "Panza Negra" festejó el 3 a 3 como si hubiese sido un triunfo. Y no fue para menos, pues el empate que logró ayer en su cancha suena a proeza. Es que a falta de cinco minutos para el final, Escuela sufría la tercera caída de su arco, con la que Talleres establecía un 3-1 favorable y que ya nadie, excepto los 10 jugadores locales que estaban en cancha, presumía que a esa altura se iban a modificar el destino del resultado y del juego.

Pero el conmovedor espíritu de reacción de Escuela para pelearla hasta el final, junto a las distracciones que tuvieron los albiazules para aguantar los embates de un rival herido pero no vencido, transformaron un triunfo que viajaba a barrio Jardín en un empate que calienta aún más el Campeonato de Primera A "Copa Centenario del Club Universitario".

La igualdad final no sólo fue festejada en la zona de la ruta 9 sino además en Alta Córdoba, pues el empate le permitió a Instituto retornar a la cima, merced a la goleada por 4 a 1 que le propinó a Universitario.

Justo, por lo que hicieron. Está comprobado que Escuela apuesta fuerte a lograr el título y una de las plazas al próximo Torneo del Interior. La fecha pasada lo había demostrado venciendo a Peñarol en el mismísimo "Trampero" y ayer lo corroboró con el angustioso empate logrado a los 48 minutos del complemento.

Hasta entonces todo pintaba para Talleres. Los albiazules habían sido superiores en el primer tiempo (lo ganaron 2-0) gracias al mejor traslado de la pelota, por tener a Ramiro Pereyra adelante y por las falencias defensivos del elenco local.

En el complemento, Talleres se confió en que Escuela (que descontó mediante Sánchez a los 3 minutos) no podría alcanzarlo ni en el juego ni en las cifras (el 3-1 llegó a los 40 minutos). Pero se equivocó, pues las ganas más que el fútbol, le dieron a Escuela un empate saborizado a victoria.