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Franco Dolci nació en Bell Ville, jugó en Chile y en Francia y ahora busca asentarse en Talleres. Foto: LaVoz / Martín Baez.

Marcos Russo /
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Franco Dolci hizo méritos para ganarse un lugar en la "T" y cree que el equipo está para dar pelea.

Cuando se supo que Franco Dolci sería refuerzo de Talleres, muchos ironizaron sobre su procedencia. “Es ‘Nino’ Dolce, de la casa de Gran Hermano”, fue la broma más común. “De dónde lo sacaron”, cuestionaron otros. Consciente de que no era conocido para el común del público, el volante cuenta que debió “responder como 100 veces las mismas preguntas”.

Si bien “Nino” fue tomado como un apodo por sus compañeros del plantel (el verdadero es “Castor”), Dolci hizo méritos como para tener nombre propio en el equipo de Talleres.

Buen trato de pelota, intención de jugar antes de “reventarla” y movilidad son las características de este medio campista nacido en Bell Ville. Contra Ben Hur comenzó como “doble 5” adelantado y terminó como volante por derecha.

“La principal característica que tenemos en Talleres es que la mayoría somos jóvenes. Salvo Maidana, Cristian Grosso o Cristian Basualdo y ahora que llegó Rimoldi, con 27 años, el resto somos muy chicos. Es un muy lindo grupo”, afirmó, y agregó: “Falta que nos acomodemos un poco, y ahí estaremos para dar pelea”.

Una dura historia de vida parece haber fortalecido a Dolci: “Mi mamá murió cuando yo tenía 3 años y mi ‘viejo’, cuando tenía 14. Quedé solo, con tres hermanas mayores y mi abuela. Cuando tenía 16, estaba en las inferiores de Universidad Católica de Chile, y una vez me volví a verla porque estaba enferma y falleció a los dos días”.

“Antes de regresar a Chile, fui a practicar al club Bell. Salté a cabecear con Daniel Mustafá y me quebré la nariz”, recordó.

Después de su experiencia en el país trasandino, Franco regresó a la Liga Bellvillense, pero no para jugar en el Bell. Fue a parar a un centro de formación que funcionaba en el club Matienzo de Monte Buey, de donde surgieron Ignacio Piatti (ex Chacarita, Saint Etienne y actualmente en Gimnasia La Plata) y Bernardo Siocca, quien milita en el ascenso español.

Su pase directo de la liga regional a la Primera División del fútbol francés fue vertiginosa (ver aparte). “Recuerdo un partido contra el Lyon, que hacía cuatro años que venía siendo campeón, pero nunca podía ganar en la última fecha y se le frustraba el festejo. Les habían prometido 10 mil euros a cada jugador sólo por ganarnos”, explicó. Y la historia termina así: “Nosotros fuimos, les empatamos 0-0, casi les ganamos. Hubo 55 mil personas en la cancha y nosotros nos fuimos ‘chochos’, sin un euro, pero con la gloria de haber empatado”.

En Niza vivió en el Primer Mundo. La carrera profesional de Franco Dolci se inició en el Niza de Francia, en 2004. Apenas dos meses después de firmar su contrato, procedente de Matienzo de Monte Buey, el bellvillense debutó en Le Championnat contra el Metz.

"No lo podía creer", recordó Dolci, quien explicó esa sensación al mencionar a los "monstruos" con los que jugó: el italiano Marco Simone, ex Milan; el francés Lilian Laslandes, mayor goleador en actividad del fútbol francés; y Philipe Leonard, un prestigioso internacional belga.