Hugo García / [email protected]


Los 19 puntos sobre 57 posibles en un certamen son la peor campaña de Talleres en el ascenso.

"...El futuro ya llegó! Llegó como vos no lo esperabas. Todo un palo, ya lo ves...". La canción de los Redonditos de Ricota y la voz del "Indio" Solari suenan cada vez más fuertes y escapan al auricular de la radio de un plateísta de Talleres. El hincha tararea y después de un centro de Klein a la popular norte, reflexiona: "Talleres es un todo un palo".

La realidad es que el presente albiazul no tiene nada que ver con la música que se escuchaba meses atrás. Frases lindas, dulces para los oídos del hincha, nombres pedidos por el DT Roberto Marcos Saporiti, consenso pleno de la gerenciadora. "Vamos a ser protagonistas", decían. "Lucharemos por el campeonato", convenía el entrenador. Todo valía. Había que olvidar olvidar el ascenso prometido y nunca cumplido.

Hoy la música es otra. El "Todo un palo...", que canta el Solari es el "Váyanse todos..." que ayer se escuchó en la boca de los dos mil hinchas que ayer fueron al Chateau para ver la derrota de Talleres.

¿Qué pasó entre uno y otro momento? "Fuimos irregulares", intentó explicar Diego Pozo. "No logramos una identidad de juego. Hay que pedirle disculpas a la gente", dijo la dupla Oste-Carrizo, como la falta de respuestas que argumentó Saporiti al momento de irse. "La deuda con el plantel también sumó", según Javier Malagueño. "El que se quiera ir...", bramó el gerenciador. Sobraron desencuentros y pasó lo que tenía que pasar.

Talleres "logró" a la peor campaña en torneos cortos: 19 puntos en 19 partidos. Este registro "destronó" a la cosecha de los 21 puntos del Apertura 2004, del último equipo conformado por una comisión directiva (que conducía Carlos Dossetti).

Pasaron dos años, el club quebró y una ley que permitió que sobreviviera. Pero ya se ve que algunas situaciones siguen siendo moneda corriente: el plantel aplica medidas de fuerza (discusiones sobre contratos en blanco y privados), un cuerpo técnico que se va, una conducción cuestionada...

El árbitro Alejandro Arco ya marcó el final del partido. El plateísta vuelve a ponerse los auriculares. "¿Que podría ser peor? Eso no me arregla... Eso no me alcanza a mí!", sigue cantando Solari. Sí, es cierto, a nadie le alcanza.